Tomado de: Extracto de la Memoria de los autores.
Un lugar para todos
Hacia la periferia de Montevideo, en una de las zonas más críticas en índices de pobreza y hacinamiento del departamento, en el marco del Plan Cuenca Casavalle se impulsa esta acción concreta en el territorio, se marca un mojón, convirtiendo lo que era una manzana libre con vestigios de algún juego de niño vandalizado y césped que no encontraba límite en las sinuosas cunetas, en una plaza que recuerde a las áreas centrales de la ciudad.
La idea de reproducir como mínimo los estándares del espacio público de la ciudad formal son punto de partida del proyecto. El desafío se plantea desde lo extremo de las condicionantes de partida y la gran oportunidad que emerge de proyectar para un lugar que no esperaba nada, una zona relegada históricamente.
La concepción de la idea, la toma de partido, el diseño, todo es puesto a disposición de los que menos tienen, de los más desfavorecidos, en un lugar en donde nacen, porcentualmente, la mayor cantidad de niños del país, de niños pobres.
Proponer una imagen urbana propia de áreas centrales en una zona precarizada es desde el comienzo un desafío para tratar de integrar en el imaginario colectivo la idea de que sí se puede, que ellos lo merecen, que una vida mejor es posible. La generación de espacios integradores y compartidos supone también la necesidad de acompañamiento, de aprendizajes múltiples, de generación de confianzas y, por ende, de definir un modelo de gestión, con los vecinos como apoyo fundamental.
Cuando lo cotidiano de los niños y jóvenes de las inmediaciones es el basural, la cuneta tapada y desbordada, el camino embarrado y el equipamiento urbano inexistente, la poesía se hace dramáticamente imposible. La realidad del día a día impide proyectar una vida diferente y la confianza en lo colectivo, que ya es débil, tiende a desaparecer; por lo tanto, el aporte disciplinar adquiere otras dimensiones: los espacios diferenciales sugieren, invitan; el buen diseño muestra lo diferente, lo opcional, y alienta la imaginación.[1]
La noche, poco a poco, ya no es dominio de un grupo dominante. Se van dando los soportes materiales para que otras realidades sean posibles.
El nombre fue votado por los vecinos con la obra próxima a inaugurarse a fines del 2013: “Plaza Casavalle, un lugar para todos”, vislumbrando así una aspiración que resulta optimista, la apreciación no sólo de un espacio público sino de un lugar común.
El proyecto
En una transición de densidades de uso, desde el eje al Norte con la preexistencia de una policlínica zonal (reconvertida en centro cívico), junto a una escuela y jardín de infantes, la plaza va del hormigón al verde, para liberar las vistas hacia el Sur, hacia el Parque Miguelete y el Cerrito de la Victoria, aprovechando al máximo la topografía existente y el paisaje natural. Así mismo, esta operativa permite percibir de manera global el espacio desde Aparicio Saravia, vía principal de acceso a la zona.
El sector de cancha polifuncional y juegos de niños que se proyectan cercados, permiten recomponer una nueva fachada con el cerramiento perimetral que las delimitan, dando respaldo al espacio en general y delimitando un área de acceso caracterizada entre ambos, a forma de portal a Casavalle.
A efectos de recomponer y ordenar los bordes se propone la ejecución de veredas perimetrales con arbolado de alineación y la iluminación correspondiente, eliminando las cunetas.
El proyecto atiende el acondicionamiento del espacio en términos de lograr una mejora en la regulación del asoleamiento, tanto en verano como en invierno, mediante la utilización de especies caducas que permitan una optimización en este sentido. Dinámicamente irá cambiando de aspecto, tamaño y color con el correr del tiempo en cada estación del año.
El proyecto debía salvaguardar recursos y asegurar una resistencia al deterioro máxima. En este sentido es que se concibe una estructura simple, de mantenimiento sencillo y con poco para vandalizar. La piedra de revestimiento en muros aporta en la materialidad y colabora en desincentivar el graffitti y pegatinas. Y donde se ejecutan pantallas de hormigón visto se opera estratégicamente: en la simple coordinación con las escuelas de la zona para realizar una pintada de muros por los propios niños. Se obtiene un doble beneficio, en “colonizar” los muros sensibles de ser vandalizados y al mismo tiempo generando una apropiación del niño, el primer bastión de defensa de la integridad del espacio. En otro sector se procede igual, pero con un grupo de jóvenes adolescentes de la zona que realizan un graffitti “artístico” en uno de los muros de acceso a la plaza.
Se busca significar de dos maneras: la gran rampa que salva de forma accesible el espacio de “rambla” con el nivel de la cancha es el lugar del skate, del patín o la bici en cualquier momento. Pero también es el espacio de anfiteatro cuando la sinfónica, el grupo de música tropical o el acto político se desarrolla. Se pretende un diseño que no denote la función, que sea apropiado de forma natural según las circunstancias.
El desafío de lograr un espacio de accesibilidad universal está presente desde el partido, y la dificultad primaria que se presenta por los seis metros de diferencia de altura que hay entre un extremo y otro de la plaza se convierte en un potencial. El aterrazado no puede superar una altura que configure un riesgo en la caída, y los desniveles se deben ir salvando de forma accesible.
El objetivo es lograrlo sin que se perciba de forma obvia. Es así que los desniveles se amortiguan de forma sucesiva y espaciada, cuidando siempre la economía de recursos al evitar grandes desplazamientos de material innecesarios y aprovechando siempre que se puede la topografía natural del terreno.
[1] Boletín SAU octubre-diciembre 2013 Arq. Herbert Ichusti
La nueva Plaza Casavalle fue inaugurada el 10 de diciembre de 2013, siendo una de las obras concretadas a través del Plan Cuenca Casavalle, un programa interinstitucional de articulación entre actores públicos y privados que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Para el armado del proyecto se recogieron las opiniones de los vecinos y vecinas de la zona, y una vez finalizado se realizó una nueva presentación a los mismos.
La plaza cuenta con: -un espacio polideportivo -una cancha de fútbol césped -juegos infantiles inclusivos y saludables -una fuente con juegos de agua y servicios higiénicos públicos En cuanto a la seguridad y el mantenimiento está a cargo de una cooperativa de guardaparques, además de contar con iluminación general y reordenamiento del alumbrado público vial existente.
También se pavimentaron las calles circundantes y las veredas frentistas.
Todas las áreas y servicios son de accesibilidad universal.
Desde febrero la Plaza cuenta también con una coordinadora para la organización general del espacio y la gestión de las actividades deportivas y culturales.
El proyecto fue financiado por el Fondo Especial de Gestión Urbana y Rural (FEGUR), un recurso extrapresupuestal que no depende del aporte de los contribuyentes, sino de un arancel especial que se cobra en las construcciones que superan las alturas estipuladas por la Intendencia de Montevideo, especialmente en zonas costeras.
Obras relevantes en el entorno:
Urnario Municipal del Cementerio del Norte