La isla artificial sobre la que se encuentra el aeropuerto, tiene 4 km. de largo por 1 km. de ancho, y fue diseñada tomando en consideración los frecuentes terremotos y tifones que se producen en esa zona. Su construcción comenzó en 1987 y tuvieron que escavarse 3 montañas para conseguir 21.000.000 metros cúbicos de relleno.
Trabajaron 10.000 trabajadores a lo largo de 3 años y se necesitaron 80 buques para poder realizar la isla artificial.
Aún hoy el terreno no ha terminado de asentarse, año a año experimenta leves descensos.
Para llegar a la terminal es necesario cruzar un puente de 3 kilómetros de largo que conecta la isla artificial con tierra firme y que durante su construcción tuvo que superar tal cantidad de problemas que el proyecto está considerado como el trabajo de ingeniería civil más caro de la historia moderna.
El proyecto del aeropuerto se organiza y estructura en torno a la cubierta. La altura de la misma es lo suficientemente baja, como para permitir a la torre de control tener una visión de la cola de los aviones sin ningún tipo de obstáculos. Diseñada de forma tórica, tiene una longitud de 1,7 kms y se apoya sobre cerchas de tubos de acero.
La curvatura está compuesta por 90.000 paneles de acero inoxidable del mismo tamaño, que simplifican las uniones y los elementos constructivos. El desagüe pluvial se realiza por cada uno de ellos hacia una capa impermeable situado debajo. A lo largo de la estructura hay juntas de dilatación a intervalos regulares que absorben los movimientos sísmicos, térmicos y los asentamientos del terreno. Los 900 pilares están montados sobre gatos hidráulicos controlados por ordenador, con el objeto de compensar oscilaciones del firme. La ligereza y luminosidad se consiguen con grandes superficies acristaladas.
Este proyecto es una de las megaestructuras más relevantes del siglo XX.