Edificio de Oficinas Públicas

Juan Veltroni
  • Dirección: ARTIGAS esquina TREINTA Y TRES ORIENTALES
  • Fechas inicio-fin: 1912-1924
  • Programas: CENTRO CIVICO, Edificio De Oficinas, Edificios Institucionales

Tomado de: AAVV. Trazabilidad de la obra pública. Montevideo: Farq- Udelar, MTOP, 2014. págs. 154 -159.

En 1912 comenzó con el proyecto del Edificio de Oficinas Públicas de Salto, que, luego de diferentes versiones, comenzó a construirse en 1919 y se culminó en 1924. El programa inicial, que básicamente se mantiene intacto un siglo después, implicaba albergar las oficinas públicas del Estado Nacional en la ciudad de Salto.

Se implanta en un predio singular, una esquina de amplias dimensiones en el centro de la ciudad, que, si bien es un emplazamiento céntrico y está sobre la cima de la cuchilla, en la divisoria de aguas de las cuencas de los arroyos Ceibal y Sauzal es un terreno pantanoso, lo que llevó al proyectista a utilizar el sistema utilizado en Venecia, con pilotes de hinca de madera dura a una profundidad de entre 7 y 10 m para drenar y consolidar el terreno, pero del que lamentablemente se desconoce la disposición utilizada.

Veltroni optó por una morfología constituida por dos piernas perpendiculares entre sí y, aunque retranqueadas de la línea de propiedad, paralelas a las calles, una orientada hacia el este, con frente a la calle Treinta y Tres, y la otra al norte con frente a calle Artigas (ex Daymán), y articuladas cual un palacete florentino por una torre sobre elevada en la esquina. Este modo

de implantación genera una amplia explanada librada al uso público, que no cuenta con equipamientos para su uso y tiene únicamente el carácter de una vereda amplia, que es absolutamente intencional en la búsqueda de una perspectiva mucho más franca pero, aun a pesar de ella, no es fácil ver la totalidad del exterior público. A esto se le agrega una búsqueda de mayor jerarquía mediante la elevación del edificio por sobre el nivel de la calle, para lo que se construyeron escalinatas de acceso, que refuerzan así la idea de un palacio, con una solemnidad y jerarquías propias de un edificio público en los paradigmas de esos tiempos.

La obra fue realizada en mampostería tradicional, con aberturas de madera pero utilizando el hierro trabajado en las puertas de acceso y en las barandas de los balcones, lo que da una idea de mayor seguridad y fortaleza. 

(...)Es de destacar la simplicidad que va tomando el proyecto hasta su materialización, en especial en lo que refiere a la ornamentación, que, si bien consiste en envolventes bastante decoradas, lo son en mucha menor medida de lo que se puede apreciar en las propuestas iniciales, e incluso respecto al proyecto definitivo. Comienza con una propuesta en la que se apela para la composición a elementos académicos, para finalizar con una concreción que, sin dejar de lado su carácter ecléctico, es muy depurada y austera. (...)

(...) Aun hoy, 100 años después del primer proyecto, sigue prestando utilidad en muy buena forma, ya que responde a un planteo muy simple. En el proyecto inicial, Veltroni resuelve la planta baja mediante la utilización de una figura rectangular muy libre hacia el centro, donde, incluso, deja algunas claraboyas, pero cerrándolo hacia las esquinas con elementos sólidos y dándole una buena permeabilidad desde sus tramos centrales.

Al elevarlo por sobre el nivel de la acera, genera escalinatas y grandes “halles” de acceso público que vinculan el espacio público con el burocrático pero que, a su vez, lo mantienen a distancia, dando la mayor jerarquía posible a las oficinas que albergaba ese espacio: el Correo directamente hacia calle Artigas y los Telégrafos hacia calle Treinta y Tres. En el Correo ese espacio ocupa el nivel de planta baja y el entrepiso, generándose un balcón interior desde donde hoy se ubican las oficinas de la Dirección Nacional de Catastro.

Pero desde el hall de acceso al Correo se accede a otras oficinas, unas en planta baja, esta vez a nivel de la calle, y otras a niveles de entrepisos, donde funcionaran durante años los Juzgados de Paz, y a los que se accede por medio de la escalera de servicio que continúa hacia los pisos superiores, pero que es el único acceso a las oficinas de Catastro ubicadas en el entrepiso sobre El Correo.

Tomado de: Rey, W., Barriola, N., Mendizabal, M. Tu Patrimonio, Montevideo: Editorial  bDP, 2011.

Este importante edificio es un verdadero emblema en la ciudad de Salto. Concebido hace casi cien años para alojar varias oficinas públicas —“Juzgados Letrados, Agencias Fiscales y Oficinas de Renta, Correos y Telégrafos”, según reza la ley emitida por el Ministerio de Obras Públicas en mayo de 1912— hoy se conoce como sede del Correo y aun impone su potente imagen urbana. De acuerdo al programa inicial, el proyecto se organiza del siguiente modo: las oficinas de Correo y Telégrafos ocupan la planta baja, la Administración de Rentas el entresuelo y los Juzgados Letrados los dos niveles más altos.

El conjunto exhibe un talante ecléctico de filiación itálica. Conjuga el legado romano y barroco en el manejo de la ornamentación y de los órdenes clásicos, y en su perfil evoca —como la sede del Ministerio de Salud Pública, también de Veltroni— la imagen de los ayuntamientos medievales. Una asociación atribuible a la torre en su rol protagónico, que ocupa la esquina y articula desde allí las fachadas.

Éstas se abren al público mediante grandes portales de acceso, y una de ellas retrocede en su parte más alta.

Todo esto se verifica sobre una planimetría despojada: un esquema de cinco niveles —incluido el sótano— conformado a partir de la torre, el gran hall central y las crujías perimetrales.

Una clara estructura que anuncia el mandato funcional de la era moderna: no hay aquí espacios superfluos ni apuestas vanas, sino un dibujo conciso que da sustento al eclecticismo de las fachadas.

Pero la obra destaca además por la respuesta constructiva que adopta, adecuada al carácter anegadizo del predio —ubicado en el lecho de un arroyo—: la cimentación se resuelve con pilotes de madera en una clara adscripción al sistema aplicado en los palacios venecianos.

El arquitecto florentino pone así en juego su origen, su formación académica y su peculiar audacia.

Autor de otras grandes obras —como la sede central del Banco República, que realiza junto a Lerena Acevedo—, proyecta un edificio singular que destaca en el paisaje urbano

Monumento Histórico Nacional. Resolución N° 879/008.

VISTO:

La gestión de la Comisión Honoraria del Patrimonio Histórico de Salto ante la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación para que se declare Monumento Histórico Nacional el Edificio de Oficinas Públicas sito en la manzana 447, calles Artigas y Treinta y Tres, Padrón Nº 5.587 de la 1ª Sección Catastral de la ciudad de Salto.

RESULTANDO:

I) El inmueble conocido como Edificio de Oficinas Públicas de la ciudad de Salto es una obra del reconocido arquitecto Juan Veltroni quien, desde su radicación en Uruguay en 1908, realizó importantes aportes al patrimonio arquitectónico del país.

III) En 1912 el arquitecto Veltroni proyectó para la ciudad de Salto el Edificio de Oficinas Públicas, cuyas obras dirigió desde su comienzo en 1919 y hasta su culminación en 1924.

CONSIDERANDO:

I) La Comisión Honoraria del Patrimonio Histórico de Salto, así como la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación entienden que el edificio, única construcción del arquitecto Veltroni en la ciudad de Salto, es un referente urbano para toda la comunidad salteña por sus valores arquitectónicos y técnica constructiva que lo hacen de singular destaque.

RESUELVE:

DECLARASE Monumento Histórico Nacional el Edificio de Oficinas Públicas sito en la manzana 447, calles Artigas y Treinta y Tres, Padrón Nº 5.587 de la 1ª Sección Catastral de la ciudad de Salto.


Ver además:

Tomado de: Machado da Silva, A., Rodriguez Prati, E. Vlaeminck, L. Guía de Salto, Farq- UdelaR, Salto: Enero 2010.