Cabildo y Reales Cárceles

Tomás Toribio, José Toribio, Abella Trías Julio, Raúl Cohe, Daniel De León
  • Dirección: GOMEZ, JUAN CARLOS 1362
  • Fechas inicio-fin: 1804-1869-1957 (modificación) 2010 (restauración)
  • Programas: CENTRO CIVICO, MUSEO, Centro De Rehabilitación, CABILDO
  • Sitio web: http://cabildo.montevideo.gub.uy/
  • Información útil: 1804 T. Toribio, 1869 J. Toribio, 1957 Abella y Cohe (Arredondo y Pivel Devoto Asesores de Restauración) 2010 De León, MTOP (construcción). Visita: Lunes a viernes de 12 a 17:45.

Tomado de: IMM. Guía Arquitectónica y Urbanística de Montevideo. Montevideo: Intendencia Municipal de Montevideo. Facultad de Arquitectura, Universidad de la República. Junta de Andalucía, 2008.

El edificio construido para Cabildo y Reales Cárceles es, junto a la Catedral, una de las principales obras neoclásicas coloniales.

Implantado en esquina y desfasado con respecto al eje de la plaza, se estructuró sobre la base de salas rodeando cuatro patios y un cuerpo central ocupado por la escalera y locales de servicios. Con un gran sentido funcional se ubicaba en planta baja la cárcel; y en planta alta las otras funciones dejando sobre la fachada principal la Sala Capitular.

Con una volumetría contundente, adecuadas proporciones, y fachadas con pocos y sobrios dispositivos de expresión en las que predominan los muros lisos con ventanas adinteladas, sus formas son fieles a la doctrina neoclásica de la Academia Española de San Fernando. El acento está dado por el motivo principal que enmarca el acceso con pilastras y columnas de piedra granítica -dóricas en planta baja, jónicas en la alta- con un frontón de remate a modo de arco de triunfo; y una cornisa de coronamiento que da unidad a la composición.

Sede de distintos poderes del estado y por más de un siglo el principal edificio público de Montevideo, sufrió diversas modificaciones. En 1959 se instaló el Museo Histórico Municipal, realizándose obras de restauración que pretendieron devolver al edificio su primitiva fisonomía colonial. Entre otras cosas se planteó volver a la escalera de piedra que se había revestido con planchas de mármol y quitar todos los elementos que tapaban las bóvedas originales, como el vitral de la caja de escaleras. La filosofía de esta intervención de carácter histórico–esencialista, privilegió un momento de la historia del edificio en detrimento de otros, siendo un ejemplo de la tendencia dominante en ese momento con respecto a las formas de actuación en edificios de valor patrimonial.

Tomado de: Mendez, Mary. “El Cabildo de Montevideo”. MTOP. Trazabilidad de la Obra Pública. Montevideo: Ministerio de Transporte y Obras Públicas.

Facultad de Arquitectura, Universidad de la República, 2014.

El primer espacio que alojó a los cabildantes de la ciudad de Montevideo fue la casa del capitán Pedro Gronardo, en la esquina de Piedras e Ituzaingó. Corría el año 1730 y el lugar era apenas un rancho de adobe y cuero. En 1737 se construyó una modesta sede para la instalar la Cárcel Pública y la Sala del Ayuntamiento, en un predio ubicado en Sarandí y Juan Carlos Gómez, que comenzó a utilizarse en 1743.

En 1799 llegó a Montevideo el arquitecto Tomás Toribio2 por orden de Carlos IV, rey de España. Venía con el título de Maestro Mayor, para hacerse cargo de la dirección de las obras de la Iglesia Matriz. Toribio había egresado de la Real Academia de San Fernando en 1785, donde se educó en el gusto neoclásico que habían impuesto Ventura Rodríguez, José Hermosilla y Juan de Villanueva siguiendo los gustos de la francófila dinastía de los Borbones. Desde esa fecha estaba al servicio de los edificios de la corona española gracias a su destacada actuación como estudiante. En San Lorenzo del Escorial, la más importante construcción real, Toribio trabajó varios años como conservador. Allí encontró esposa y formó familia3. Cuando bajó del barco lo hizo acompañado de Fulgencio Abril y Rafael Arellano, sus maestros canteros.

Hacia 1803 el edificio que se usaba como Cabildo se encontraba en tan mal estado de conservación que se decidió demolerlo y encargar el proyecto y presupuesto de las nuevas obras al arquitecto español. En noviembre del año siguiente los presos que estaban en el viejo edificio fueron trasladados a la Ciudadela.

Se procedió a la demolición e inmediatamente comenzó el movimiento de tierras, cimentación y edificación del edificio que debía alojar el Cabildo y Reales Cárceles. El proyecto de Toribio fue definido en base a una planta cuadrada organizada en torno a cuatro patios rodeados por galerías según el uso común de la época para este tipo de programas. Se accede por un vestíbulo de medianas dimensiones, rodeado por salas destinadas inicialmente al Cabildo, que se trasladó luego al piso superior. El vestíbulo da paso a un corredor que gira sobre la calle Sarandí, divide el espacio abierto interior y conecta las alas destinadas a los presos varones divididos en negros y blancos y, más atrás, la crujía para las reclusas, de menores dimensiones.

En la superficie de la fachada domina el lleno sobre los huecos como consecuencia de la selección estructural: la planta alta fue cubierta con bóvedas de cañón y las escasas aberturas evitaban un temido compromiso en la zona resistente. La resolución del problema constructivo brindó al conjunto una austera gravedad aumentada por una ausencia casi total de decoración. El motivo ornamental es controlado en exceso, ubicándose exclusivamente sobre la zona central pensada a la manera de un arco de triunfo. La planta baja se resuelve mediante la colocación de cuatro semicolumnas y dos pilastras dóricas de piedra que enmarcan el acceso definido por un arco dovelado. La transición con el nivel superior fue resuelta mediante una angosta balconada sostenida por canecillos y terminada con una baranda de hierro. En la planta alta se repitió el motivo inferior pero utilizando el orden jónico, considerado ópticamente más liviano según los tratados clásicos.

En la construcción del Cabildo se empleó como peones a los presos que iban a habitarlo y que constituyeron la principal mano de obra. Inicialmente Toribio pensó en realizar los muros completamente en ladrillo, pero luego decidió usar sillares de piedra para las bases, carreras y jambas de las ventanas. El ladrillo se destinó a los entrepaños, que mucho después fueron cubiertos con el revoque imitación piedra que hoy induce a una lógica confusión respecto a la materialidad de los muros. La piedra fue extraída en la zona de Camacuá entre Ituzaingó y Juan Carlos Gómez, y su labrado estuvo a cargo de Fulgencio Abril al mando del capataz Juan Cavezas de Arias. A mitad de 1807 se ocuparon las piezas sobre la fachada principal en la planta baja y en 1809 se comenzó a construir el segundo nivel.

El 23 de junio de 1810 Toribio murió, a los 54 años, en donde siempre se lo encontraba: su lugar de trabajo. Perdió pie y se cayó de un andamio del Cabildo en construcción. Sin otro arquitecto en la ciudad las obras fueron dirigidas en adelante por el maestro constructor Manuel de Dios Noya. En ese año Fulgencio Abril estaba completando la zona central de la fachada principal que quedó detenida por varios meses. Durante 1811 se completó la fachada hasta el arquitrabe, se construyeron las bóvedas y los corredores de la planta alta sobre Sarandí. Al año siguiente se construyó la escalera principal en piedra. Entre 1812 y 1830 las obras quedaron paralizadas, reanudándose en 1832 bajo las órdenes del nuevo Maestro Mayor de obras de Montevideo, el arquitecto José Toribio, hijo de Tomás.

El revoque definitivo de los muros exteriores se completó hacia 1860 y entre 1867 y 1869 se construyó la cornisa de coronamiento con mampostería de ladrillos en ambas fachadas, el frontón triangular que corona la zona central de la fachada y el pretil, de altura constante. Las molduras en puntas de diamante de las aberturas del piso alto se terminaron sobre 1870. Entre 1880 y 1885 el edificio tuvo un escudo en la balconada central sobre el acceso, realizado con piedras traslúcidas que se iluminaban interiormente y que fue retirado en 1919. El revoque de los entrepaños se mantuvo liso, sin las buñas que presenta en la actualidad, hasta 1919 aproximadamente.

En 1957 el edifico se destinó a Museo Histórico Municipal y se procedió a la renovación de la carpintería de puertas y ventanas. En 1958 se realizaron obras de impermeabilización de cubiertas y reparación de revoques. A partir de ese año se realizaron intervenciones de recuperación en varias oportunidades, pero la más relevante ocurrió en 1976, cuando se emplacaron los sillares de piedra para encubrir el deterioro de algunas piezas existentes, que resultan visibles en ambas fachadas.

En el año 2000 se realizó la impermeabilización de las cubiertas del edificio por parte del MTOP y en 2006 se realizaron trabajos de albañilería y pintura en los patios, galerías, hall, las salas y la correspondiente instalación eléctrica. Las obras de restauración necesarias para recuperar las fachadas fueron estudiadas en el año 2009 y se están realizando actualmente.

1. Los datos fueron tomados del texto de Carlos Pérez Montero, IMM. El Cabildo de Montevideo. Imprenta Nacional, Montevideo: 1950.

2. Jaén, 1756 – Montevideo, 1810.

3. Su hijo José fue también arquitecto y ocupó su cargo en Montevideo, desde 1829 hasta 1858.

Nota Nómada: En 2010 se realizó el trabajo de análisis y diagnostico de la situación de las fachadas. Las tareas de restauración se realizaron entre 2011 y 2014.

Monumento Histórico Nacional. Resolución 1097/975.  
Bien de Interés Departamental. 


Ver además:

Arredondo, Horacio: "Exposición verbal del Sr. Horacio Arredondo sobre la Restauración del Cabildo en la Sociedad de Amigos de la Arqueología". Revista de la Sociedad de Amigos de la Arqueología, tomo XV, (1957): 445.

Arquitectura, núm. 131-136 (1926).

Barriola, Rey & Mendizabal. Tu Patrimonio. Montevideo: BMR, BROU, 2011.

Canessa de Sanguinetti, Marta. La Ciudad Vieja de Montevideo. Montevideo: 1976.

De León, D. "Estudio del estado de situación del revoque de las fachadas exteriores del edificio de Cabildo de Montevideo". Trabajo práctico Diploma de Intervención en Patrimonio Arquitectónico. Montevideo: IHA - inédito, 2010.

ELARQA. Guías ELARQA de Arquitectura, Ciudad Vieja. Montevideo: Dos Puntos, 1994.

Giuria, JLa arquitectura en el Uruguay, Tomo I. Montevideo: Imprenta Universal, 1955.

IMM. El Cabildo de Montevideo. Montevideo: 1977.

Inventario del patrimonio arquitectónico y urbanístico de la Ciudad Vieja. "Padrón 4597 - Cabildo de Montevideo." http://inventariociudadvieja.montevideo.gub.uy/padrones/4597

Lucchini, A. Ideas y formas en la arquitectura nacional. Montevideo: Nuestra Tierra nº 6, 1969.

Pérez Montero, Carlos: "El Cabildo de Montevideo". Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay (1950).