Las tres manzanas en la Villa Olímpica de Barcelona (1989-1992), proyectadas por un equipo dirigido por Carlos Ferrater, son un ejemplo emblemático por su continuidad inteligente de la tradición de la crítica tipológica y de la memoria de la ciudad de Barcelona. Consiste en la propuesta de una relación estrecha entre los distintos tipos de células de vivienda y la morfología del Ensanche Cerdà, creando unos magníficos espacios públicos en el interior de cada una de las tres manzanas, según un diseño cinemático y policromático de la paisajista Beth Figueras.
Texto recuperado de http://laboratoriovivienda21.com/barcelona/?p=78