Situado frente al mar, el edificio se integra en el conjunto del casco urbano mediante su trazado radial y en el paisaje portuario por el equilibrio entre llenos y vacíos. Se organiza en dos pabellones: el principal, de planta triangular, en el que se ubican las oficinas y las salas de estar, se orienta al sureste ofreciendo una amplia e inmediata visión del puerto y otra más lejana al mar abierto. El otro pabellón organizado longitudinalmente y orientado hacia el suroeste, se enfrenta a los pantalanes de amarre acogiendo los diferentes servicios que dan soporte a la navegación. El zócalo sobre el que se asienta el edificio genera un espacio vacío que se convierte en el atrio descubierto del club, el lugar que articula los dos cuerpos.