En el Parque Natural de la Zona Volcánica, se encuentra un lugar muy especial, un mar de rocas, producto de la colada basáltica del volcán Croscat y una ardua labor del hombre en su lucha por conseguir una porción de tierra para cultivar, nivelando y despedregando parcelas y acumulando todas las rocas, piedras y escorias en anchos muros, túmulos y barracas.
Su rugosidad morfológica y táctil retiene la percepción.
El proyecto busca potenciar la singularidad de este paisaje y de activar el factor sorpresa en su descubrimiento. Una estrecha línea a trazos en acero permite recorrer el espacio, y el acero, en determinados episodios, sujeta los túmulos que se atraviesan.
La forma quebrada de las líneas de acero se contrapone a las orondas masas rocosas y establece “nuevos claros” en actos iniciales e intermedios.