El edificio se concibe como un organismo que se extiende en varias direcciones reaccionando de diferente forma a las diversas condiciones urbanas del entorno inmediato: lotes medievales, patios y estructuras del S XVIII. Desde dentro, el edificio está diseñado como un sistema de tribunales, que apoyan la orientación interdepartamental y la comunicación.
Su forma no se ha generado desde fuera como una escultura, sino que es la consecuencia del crecimiento interior y de las restricciones impuestas a este crecimiento por el código de construcción y reglamentos de zonificación (parcela, distancias especificadas, incidencia de la luz). La forma distintivamente espacial del edificio se acentúa con el revestimiento de vidrio impreso color verde. Las fachadas de cristal brillante generan una profundidad espacial que se yuxtapone con superficies mates de la hiedra que sustituyen el vidrio y constituyen la fachada en ciertas áreas seleccionadas.