Resultado de un concurso en 1988 y rediseñado tres veces en 1992, ha sido catalogado de «basura decontructivista», «una galleta de la fortuna que se volvió loca», «un montón de vajilla rota», «una papelera vacía» y muchas otras metáforas que condenan sus originales formas curvas. Los defensores ven estas cajas torcidas como «velas de barcos en el mar» o «una floreciente flor asomando sus pétalos más allá del smog de LA».
El punto central es el auditorio de 2265 asientos, proyectado para cumplir con los más complejos parámetros acústicos. El público se ubica alrededor de la orquesta, propuesta usada por primera vez en la Filarmónica de Berlín por Hans Scharoun. La superficie exterior está revestida por 12500 piezas individuales de acero inoxidable y unidas por fuera. No hay dos piezas iguales, y colocadas una detrás de la otra, alcanzarían una longitud de casi 80 km. En contraposición con el exterior metálico, el auditorio y algunos de los espacios para funciones más pequeñas, están recubiertos con madera de abeto en pisos, paredes y cielorrasos, la misma madera que suele usarse en el dorso de violoncelos y violas. El alfombrado y tapicería de los pasillos y butacas fue diseñado por Gehry.