“Más importante e influyente fue la iglesia de Sant’Andrea, proyectada hacia 1470, y en la que Alberti volvió a la planta tradicional, en cruz latina, y empleó en la fachada una combinación de frontis de templo y de arco triunfal.
(…) En Sant’Andrea no sólo diseñó una nueva fachada, sino que abandonó el tipo de iglesia basilical de nave y alas que había empleado Brunelleschi, y volvió a la forma de cruz latina con una nave de techo en bóveda de cañón y una serie de capillas y apoyos alternados a cada lado.
(…) La intención tras ellos fue construir una bóveda de cañón mucho más alta e imponente que todas las anteriores, y para eso tuvo que observar Alberti que las grandes bóvedas de cañón en los baños romanos no podían apoyarse en columnas como las de Brunelleschi. Adoptó, por tanto, su sistema de apoyo basado en el utilizado por los constructores romanos en la basílica de Constantino, e introduciendo así una forma todavía más “antigua” que las que fue capaz de emplear Brunelleschi. El alzado de la nave se repite como parte del pórtico de entrada, y el efecto es más parecido al de los prototipos romanos que el de todo lo que se había construido antes.”