Como parte de un concurso internacional entre 1982-83, para revitalizar los terrenos abandonados y sin desarrollar del mercado nacional de carne y los mataderos en París, Bernard Tschumi fue elegido de entre más de 470 propuestas incluyendo la de OMA / Rem Koolhaas, Zaha Hadid y Jean Nouvel.
A diferencia de las otras entradas de la competencia, Tschumi no diseñó un parque a modo tradicional, donde el paisaje y la naturaleza son las fuerzas predominantes detrás del diseño. Más bien él concebió el Parc de la Villette como un lugar de cultura donde la naturaleza y lo artificial conviven en un estado de reconfiguración y descubrimiento constante.
Para Tschumi, el Parc de la Villette no estaba pensado para ser un parque pintoresco que evocara recuerdos de los siglos pasados; se trata más de una extensión abierta que estaba destinada para ser explorada y descubierta por los que visitaran el lugar. Tschumi, quería que el parque fuera un espacio para la actividad y la interacción, que evocara una sensación de libertad dentro de una organización superpuesta que proporcionaría a los visitantes puntos de referencia.