Portugal

  • Capital: Lisboa
  • Población: 11.317.192 habitantes
  • Superficie: 92.090,0 km2
  • Idiomas: Portugués y Mirandés (oficial, pero usado localmente)
  • Moneda: Euro

Portugal se ubica en Europa occidental, en la península ibérica. Sus límites: océano Atlántico Norte al sur y oeste, y España al este y norte. El territorio es separado en dos por su río principal, el Tajo. Al Norte se compone de paisaje montañoso y al sur del Tajo es llano.

Los ríos portugueses no son aptos para la navegación, debido al perfil accidentado e irregular del mismo. La costa de Portugal es extensa y cuenta también con varios archipiélagos atlánticos: Las Azores (nueve islas y varios islotes) y Madeira.

El clima de Portugal puede ser considerado como Mediterráneo aunque presente gran influencia proveniente del Océano Atlántico; es uno de los más agradables dentro de los países de Europa y se caracteriza por contar tanto con lluvias así como días soleados, existiendo notables diferencias entre la zona norte y la zona sur, que se diferencian por climas Oceánico y Mediterráneo respectivamente. El clima es mediterráneo, con influencia marítima: frío y lluvioso al norte y caluroso y seco al sur.

TIERRA DE CONSQUISTADORES

El territorio de Portugal corresponde poco más o menos, a la antigua Lusitania y comprende parte de ésta y de la Galaica o Galicia. Conquistado, primero, juntamente con España, por los romanos (siglo II AC), después por los Visigodos (siglo VI), y luego por los Árabes (712), fue poseído por estos hasta 1147, año en que Alfonso Enríquez, primer rey de Portugal, conquistó la Plaza de Lisboa. A su dinastía sucedió (1385) la de Avis, extinguida dos siglos más tarde.

En los siglos XV y XVI, los portugueses realizaron afortunados viajes de descubrimiento y conquista, Portugal llegó a ser rico y poderoso. En los siguientes siglos, se produjeron invasiones de los pueblos árabes, extendiendo su predominio político y cultural, hasta el siglo XI, cuando son expulsados. Así finaliza la dominación musulmana y Portugal alcanza la unidad política, iniciando así, un período de gran desarrollo económico. En 1580, Felipe II de España se apoderó del reino, pero en 1640 los portugueses se sublevaron, recobraron su independencia y proclamaron rey al Duque de Braganza, que reinó con el nombre de Juan IV. Luego de años de lucha, se logra la independencia en 1640, pero arruinado por las guerras contra España, las nuevas potencias marítimas se apoderan de casi todas las colonias portuguesas en África y Asia, pudiendo mantener a Brasil bajo su dominio: descubrimientos y explotación de recursos en esta zona, permitieron a Portugal prosperar económicamente. Esto duró hasta 1821, cuando Brasil se independiza y Portugal comienza una guerra civil, producto de conflictos entre régimen absolutista y grupos liberales.

MODERNIDAD

Contrariamente a otros países que iniciaban el proceso de industrialización (prosperidad económica), Portugal se mantiene con su estructura agraria, terminando el siglo XIX estancado económica y políticamente. En 1908 y por haber sido asesinado Carlos I, subió al trono Manuel II, que tuvo que abandonar Portugal el 4 de octubre de 1910 a consecuencia de una revolución. Las fuerzas liberales opositoras logran derrocar a la monarquía en 1910.

La política, la guerra europea (1914-1918), en la que intervino frente a Alemania, la situación económica, la carestía, las intrigas internacionales etc., dieron lugar a una revolución que estalló en diciembre de 1917. El presidente Machado fue destituido y desterrado del país por la Junta revolucionaria y elegido presidente Sidonio Paes, que fue asesinado en diciembre de 1918. En 1926 el país quedó sometido a un régimen militar a cargo de Antonio Oliveira Salazar. Este dura hasta 1928, cuando se restableció la elección periódica de presidentes, bajo un sistema totalitario de gobierno (República unitaria corporativa), caracterizado por sus medidas corporativas y unitarias hostiles a cualquier movimiento izquierdista. Los siguientes años se caracterizan por guerras coloniales, con un alto costo económico y humano en el país.

En abril de 1974 un golpe de Estado militar derrocó al gobierno y con él al régimen imperante, con el objetivo de poner fin a las guerras en tierras africanas e iniciar un proceso de democratización. De este movimiento surge el gobierno militar que se conoce como la Revolución de los Claveles, que contó con un amplio respaldo popular. Comienza un período de independización de colonias, actividades para obtener reconocimiento internacional del nuevo régimen y mejorar la imagen del país. Se establecen las libertades democráticas, enmarcadas en la Constitución en 1976.

En los siguientes años continua el proceso de transición e integración europea. Portugal se incorporó a la OTAN y a la CEE en 1986. Ocupo la presidencia rotativa de la comunidad europea en enero de 1992.Luego de 442 años de gobernar la isla, Portugal entregó Macao a China en 1999, lo que significó el fin del imperio Portugués, y de control europeo en Asia.

RELIGIÓN

La población portuguesa es mayoritariamente católica, pero la Constitución Portuguesa garantiza la libertad religiosa, lo que se traduce en la presencia en Portugal de distintos cultos.

LENGUA

De origen latino, el portugués es la tercera lengua europea más hablada en el mundo por casi 200 millones de personas. Hay países con lengua oficial portuguesa repartidos por los cuatro puntos cardinales de la Tierra. De este modo, se habla portugués en África (Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe), en América del Sur (Brasil) y en Asia (Timor Oriental, el país más joven del mundo). En Portugal, una buena cantidad de ciudadanos tiene facilidad de comunicación en inglés, francés y español.

MÚSICA

El fado es una música del mundo nacida en Portugal: un chal, una guitarra portuguesa, una voz y mucho sentimiento, son sus claves.

Fue inscripto en la lista indicativa de la UNESCO de Patrimonio Cultural en 2011. Los locales de fado son los lugares por excelencia para oírlo. Con una atmósfera particular y en un espacio intimista, cenar a la luz de las velas al son de esta melodía que se comprende sin saber la lengua es una experiencia única e inolvidable. Aunque Lisboa sea la ciudad del Fado y la mayor oferta se encuentre en los barrios populares, ya se deja oír en todo el país, especialmente en Oporto o en Coímbra.

COMIDA TÍPICA 

Migas à alentejana: Plato proveniente de la región del Alentejo, consiste en una mezcla de carnes de cerdo adobadas con tocino y ajo a las que se le añaden las migas del pan propio de la región. Açorda à alentejana: Es una sopa muy popular, de origen humilde, que se elabora con migas de pan duro, huevos escalfados, cilantro y ajo, que puede llevar también sardina o bacalao. Feijoadas: Es una de las comidas típicas de Portugal que consiste en un guiso de judías blancas o rojas acompañadas de carne de cerdo en salazón que suelen servirse con arroz y naranjas.

La arquitectura portuguesa ha venido recibiendo especial atención de la prensa especializada desde hace unos años, ocupando un espacio muy específico dentro del panorama internacional. La obra de grandes arquitectos portugueses como Fernando Távora, Álvaro Siza o Gonçalo Byrne ha formado generaciones de arquitectos de fama internacional, tales como Eduardo Souto de Moura, Adalberto Dias, Carrilho da Graça o Álvaro Rocha.

La imagen actual de la arquitectura portuguesa resulta compleja; las ideas que comúnmente eran aceptadas deben matizarse para ajustarse así a las transformaciones del país. La condición periférica, artesanal y anacrónica de Portugal se está desdibujando, pues la bonanza económica de los últimos años ha Potenciado una no siempre asimilada modernización acelerada de las estructuras territoriales y económicas. Los desequilibrios existentes en la sociedad portuguesa se han acentuado con la adopción pasiva, por parte de una incipiente clase media, de modelos extraños en detrimento de la herencia y de los referentes culturales propios.

LA ARQUITECTURA PORTUGUESA

Centrada en autores como Álvaro Siza, Fernando Távora y Eduardo Souto de Moura, en sus discípulos, colaboradores, maestros o herederos, se enriquece y se hace más compleja cuando, en diez años, se triplica el número de arquitectos colegiados, ampliando dramáticamente los ámbitos de actuación, las sensibilidades y las alternativas creativas. Así, la enseñanza de la arquitectura, que se limitaba a un modelo de escuela cuyos ejes eran el método y la relación maestro-discípulo, queda fragmentada en una veintena de escuelas con un total de unos 9.000 alumnos, lo cual genera una disgregación de modelos pedagógicos y obliga a que las relaciones pedagógicas sean más burocráticas. Bajo estas nuevas circunstancias, destaca el reconocimiento progresivo de la arquitectura, debido a la mediatización de sus autores o a la capitalización de su plusvalía simbólico-económica. El gran número de concursos públicos y el apoyo institucional a la cualificación profesional como factor de calidad, así como el aumento de encargos privados, son las consecuencias más importantes de esta nueva situación.

La reciente producción arquitectónica, tanto proyectual como teórica, se acomoda a este panorama. Los jóvenes arquitectos destacan por la claridad de sus propuestas y por la coherencia de sus poéticas individuales. La mayor parte de ellos iniciaron su actividad profesional en la década de los años noventa y constituyen, en gran medida, el relevo generacional de la arquitectura portuguesa. Pero no se les puede definir como una generación, pues las coincidencias son mayores que las opciones comunes, y los consensos más importantes que los partis-pris.

La arquitectura portuguesa se ha venido definiendo, genéricamente, por su calidad Tectónica (dominio de los materiales y control en el detalle), por su composición (abstracta, clara y precisa) y por su acierto topológico (el lugar como matriz). Centrando el análisis en estas categorías pueden destacarse aspectos que, sin llegar a ser una norma, explican los ejes principales de su reflexión. Como punto en común se encuentra el realismo de sus propuestas; la praxis resistente, que desconfía de las imágenes y que se asienta en el análisis de la realidad, genera una economía semántica que centra la arquitectura en su construcción. La materialidad refinada, fruto de la artesanía y de la relativa escasez de materiales (al menos los industrializados), se ha actualizado con la generalización de soluciones constructivas tecnológicamente más evolucionadas.