Tokio, aparentemente, es una “ciudad sin historia”, en relación a otras ciudades pues son escasas las improntas de la ciudad de la preguerra. Pero su historia es la del siglo XX, con una impronta infraestructural y mediática extremas.
Coexisten verticalmente “distintos niveles de flujos” materiales e inmateriales.
El transporte de personas y mercaderías se realiza en niveles subterráneos, peatonales, aéreos sobre tierra (puentes, autopistas y trenes elevados) y aéreos convencionales. La expresión “cuanto más lejos más rápido”, alude a una realidad propia de esta nueva topología de la metrópolis y de la cultura de la congestión.
En el Tokio Central e Intermedio pueden distinguirse “distintas áreas específicas”, tal como se detallan en los itinerarios: desde el Palacio Imperial, los barrios contiguos a la Bahía -Shinjuku- Oeste -la Manhattan japonesa, el Puerto de Tokio, Ginza, Roppon o las localizaciones metropolitanas como el contiguo puerto de Yokohama, la tecnópolis de Tsukuba o el Nuevo Aeropuerto.
A igual que en Occidente, hay áreas que se potencian, caso de Shinjuku, otros que caen y mutan, como Shinbashi y Asakusa, antiguos distritos recreativos.
La periferia de Tokio es extensísima y magmática, englobando varias prefecturas vecinas, articuladas con un trabado sistema ferroviario.
Una de las primeras metrópolis del mundo, esta ciudad, llamada antiguamente Edo, fue capital de Japón a partir de mediados del siglo XIX. Hoy, su región metropolitana, la Región de Kanto, con más de 20 millones de habitantes forma parte de una organización más compleja, el Tokaido, un ámbito metapolitano urbanizado casi continuo que engloba también a la Región de Kansai.
Caos aparente, orden profundo, en efecto, en una apreciación Occidental, Roland Barthes hablará de un “mar de signos”. Pero la coexistencia de arquitecturas y señales debe asociarse más a la libertad y a otro sentido del orden que al caos. En términos territoriales Japón debe ser de las culturas más planificadoras del mundo junto con la holandesa, a tal punto que muchas de las prácticas y de las normas son consetudinarias.
¿Qué se ordena? Las grandes infraestructuras vitales y la arquitectura.
Por ejemplo, la expansión reciente del Puerto, comenzó hace 30 años; igualmente, ocurre con el programa de localización de tecnópolis. Hay una hiperplanificación y priorización de las infraestructuras en relación a las edificaciones.
Ganar terreno al mar constituye una necesidad vital y lógica frente a la escasez y los importantes costos del suelo antes mencionado. Las edificaciones no se ordenan en los términos compositivos europeos. En la cultura occidental el patrón de orden pasa por ciertas convenciones formales respecto a la composición de su arquitectura. Y la institución de la arquitectura lo toma como un elemento codificado, trasladándose frecuentemente a las regulaciones estatales.
En cambio en Japón no es así. Los elementos constantes del orden son las infraestructuras y ciertos patrones de introversión. En cambio, no se regulan «contextualmente» ritmos de fachadas y articulaciones de un edificio y otro.
Asimismo, aunque no lo parezca, la cartelería esta reglada a nivel municipal, regulándose tamaños, proporciones, ritmos y colores. En muchas áreas no se admiten o se desalientan, como en las áreas con importantes persistencias patrimoniales.
Valores del suelo más altos del mundo. En el Centro de Tokyo la relación costo del suelo - valor de la edificación es 20 - 1. Por eso se intensifica la tradición sustitutiva japonesa, contratándose en muchos casos “arquitectos de marca” para proyectar sus obras eventualmente “sustituibles”, como los objetos de diseño industrial.
Elementos de orden esencialmente culturales e infraestructurales. Tokio no puede ser leída convencionalmente en clave de plantas urbanas que se expanden. Ni solo como un centro “vacío”, cerrado, como señala Koolhaas.
Como elemento de orden contemporáneo deberán tomarse las trazas de las infraestructuras del ferrocarril, primer elemento de gran domesticación y organización moderna del territorio.
Dos trazas son claves: El anillo de la Yamanote Line, trazado de 5 kilómetros del Palacio de Emperador, que pasa por Shinjuku West; El atravesamiento longitudinal del Shinkansen (tren bala).
Es una ciudad congestionada, con un 52% de la población que se moviliza en tren por día; un 12% en auto.
Es agresiva y sedante, lo es por su aparente seguridad sino por su bombardeo signico, por el disciplinamiento de su sociedad, por su congestión y por una acotada calidad ambiental.
La cocina tradicional de Tokio tiene su origen en el shogunato Tokugawa, que se estableció en Edo en 1603. En japonés, el término Edo-mae se refiere a la comida hecha con pescado de la bahía de Tokio, y actualmente denomina de forma genérica a la cocina tokiota. Los platos representativos son soba, tempura, oden, anguila asada y, por supuesto, el sushi. La versión de sushi originaria de Tokio es conocida como Edo-mae-zushi,originaria del actual barrio de Sumida en el siglo XVIII.
Tokio es la ciudad del mundo con mayor numero de estrellas otorgadas por la guía Michelin por lo que derriba el mito en cuanto a la dificultad de comer bien en estas tierras.
Sushi: Alrededor del mercado central de pescado de Tokio hay multitud de lugares de sushi al paso, donde los pescados y mariscos son del día y las preparaciones excelentes. La mayoría de la gente pide el menú de sushi de la casa (ocho piezas de marisco y pescado de temporada, además de sopa).
Tempura: Bocados de mariscos y verduras empanados en masa y fritos - es una de las delicias supremas de la cocina japonesa Yakitori: Brochetas a la parrilla de pollo y vegetales, sazonadas con sal o untadas con una salsa de soja espesa. Se sugiere acompanar con cerveza, sake o shochu.
Ramen: Si bien el Ramen es originario de China, es actualmente la comida rápida más consumida en Japón, y parte fundamental de su gastronomía cotidiana.
Los innumerables puestos de Ramen sirven cuencos bien calientes de caldo de carne con fideos de trigo, con cerdo troceado, huevo duro y bambú Tonkatsu: Cerdo troceado empanado en miga de pan, frito hasta lograr una corteza dorada y crujiente. Las dos opciones básicas son el rosu, hecho con un corte similar a la panceta, o el hire (más magra).
Sumo: Deporte de combate tradicional Japonés. Las reglas son sencillas: El ganador es el que derriba, expulsa del círculo (dohyō) o le quita la prenda de vestir al oponente. Es destacable presenciar las tradiciones y preparativos de los luchadores que poseen un status de ídolos en la cultura japonesa.