Aveiro es una ciudad portuguesa, capital del Distrito de Avieiro en la Region centro y subregión del Baixo Vouga, con cerca de 60 000 habitantes, casi 80 000 considerando las freguesías del extrarradio. La ciudad ha sido frecuentemente denominada "La Venecia de Portugal", por sus canales que atraviesan el centro de la ciudad; lo cual dota a la ciudad de una gran belleza, conjuntamente con el barrio viejo de "Beira Mar", donde se conservan las tradicionales casas y los almacenes de sal de la ría. El aire antiguo de la ciudad se mezcla perfectamente con la modernidad que ha irrumpido por la vida universitaria y hacen de esta ciudad un sitio apetecible en cualquier época del año.
Es un municipio territorialmente discontinuo, dado que comprende algunas islas de la ría de Aveiro, y una porción de la península costera de casi 25 km de extensión que cierra la ría por occidente.
Las primeras menciones que hacen referencia a la ciudad datan del siglo X pero hasta el siglo XIII no es elevada a la categoría de villa. En aquella época, la población se agrupaba en torno a la iglesia principal consagrada a San Miguel Arcangel, aunque este edificio no existe actualmente.
La buena situación geográfica de Aveiro ha beneficiado su crecimiento. Las salinas, que abundan en aquella zona, la pesca (e particularmente a do bacalao) y el comercio marítimo han constituido la base económica de la ciudad.
En 1759, Aveiro se convierte en ciudad y unos años después se convierte en sede de la diócesis que lleva el mismo nombre. En el siglo XIV , llegan a la ciudad nuevas mejoras debido a sus condiciones. Hecho que la impulsará a ocupar, actualmente, un lugar destacado en el contexto económico nacional.
A finales del siglo XVI, y principios del XVII, la inestabilidad de la vital comunicación entre la ría y el mar, llevó al cierre del canal, impidiendo el uso del puerto y creando condiciones de insalubridad, provocadas por el estancamiento de las aguas de la laguna, causas que provocaron una gran disminución del número de habitantes muchos de los cuales emigraron, creando pueblos sanatorios a lo largo de la costa y consecuentemente se creó la base de una crisis económica y social. Fue, sin embargo y curiosamente en esta fase de recesión cuando se construyó uno de los templos más notables, "La iglesia de la Misericordia".