Mantua la capital de Lombardía, se sitúa en una llanura baja y fértil, antiguamente pantanosa, rodeada al norte por los tres lagos que forman el curso perezoso del Mincio. Es una ciudad activa, y próspera sede de importantes industrias mecánicas y petroquímicas. La provincia de Mantua es una de las primeras productoras del mundo de medias y calcetines.
Según la antigua leyenda que recogió Virgilio, Mantua fue fundada por la griega Manto, hija del divino Tiresias. Las investigaciones apuntan a que fue creada por los etruscos hacia el S. VI o V a.C. Después de un periodo de dominación gala, la ciudad prosiguió su desarrollo bajo los romanos. Durante la Edad Media la ciudad fue escenario de frecuentes luchas entre facciones rivales que la saquearon antes de que fuera declarada ciudad-estado en el S. XIII.
En el S. XIV pasó a ser gobernada por Luis I de Gonzaga, nombrado capitán general de Mantua. En los S.XV y XVI, bajo el mecenazgo de los Gonzaga, soberanos cultos, protectores de las artes y de las letras, la villa fue uno de los principales centros intelectuales y artísticos del Norte de Italia.