Badajoz

Badajoz es un lugar marcado por su frontera con Portugal a pocos kilómetros, por su orografía bañada por los ríos Guadiana y Gévora que convirtieron el cerro de la Muela (donde reposa hoy en día la Alcazaba de la ciudad) en un asentamiento privilegiado para viajeros y pueblos que huían de unas ciudades a otras. Por eso, encontramos asentamientos desde la Edad de Bronce en estas misma inmediaciones, incluso los romanos firmaron en las vegas del Guadiana la deseada PaX Augusta , aún se conservan dos villas romanas: La de Tomás y la de la Cocosa. Distintas investigaciones  y restos arqueológicos bajo el suelo catedralicio de la ciudad, indican que el templo, podría haber sido construido en la época visigoda, aun así no hay registros de que hubiese una población suficiente como para considerarlo un asentamiento de relevancia estratégica.

No es hasta el 875 a.C cuando se funda la ciudad  Batalyaws  de una manera oficial, bajo el mando de Ibn Marwan (el gallego). En la etapa musulmana, Badajoz floreció culturalmente a la vez que se convertía en un punto de gran importancia de lucha contra el poder central que representaba el Califato de Córdoba y luchas contra los reinos cristianos colindantes.

Durante el reino Aftasí destacan también el cultivo de las letras, las ciencias y las artes, existiendo una gran biblioteca en el Alcázar pacense y escribiéndose aquí, bajo el mandato del rey Al-Mudaffar la mayor enciclopedia de los árabes en España. En el año 1086 las tropas musulmanas derrotan en la batalla de Zalaca (Sagrajas), en los alrededores de Badajoz a Alfonso VI de Castilla; hecho decisivo para el retraso de la reconquista cristiana. En el año 1094 la ciudad pasa a poder de los Almorávides y en 1148 a los Almohades. En el año 1169 se adueña de la ciudad el rey portugués Alfonso Enriquez, volviendo después a dominio musulmán.

En 1230 se abre un nuevo periodo en la historia de Badajoz con la conquista de la ciudad por Alfonso IX de León. Desde este momento la agitación histórica se sucederá sin interrupción en la ciudad. En 1289 Sancho IV reprime cruelmente las luchas entre los bandos de la ciudad: Bejaranos y Portugaleses.

Badajoz es desde 1336 repetidamente sitiada y asediada por el reino portugués hasta la firma del Tratado de Badajoz en 1801 por el pacense Manuel Godoy. Entre estos periodos, la ciudad será sede de operaciones de Felipe II en el S. XVI, muriendo aquí su mujer la reina Ana de Austria en 1580, siendo enterrada en el Convento de Santa Ana.

Después de estos breves datos introductorios de la ciudad, es importante hablar de la guerra de España en la que se produjó una gran masacre en la Plaza de Toros de Badajoz, actualmente, el palacio de Congresos, uno de los edificios más admirados de la arquitectura contemporánea de Badajoz que a la vez supone un fracaso de los ciudadanos que lucharon por mantener la memoria histórica del lugar dónde fueron asesinados en agosto de 1936 más de 400  republicanos, siendo esta matanza una de las más sangrientas de la guerra que condenó a la ciudad a años de silencio y gran represión.

Badajoz es una ciudad en la que no se ha respetado desde las autoridades consistoriales el patrimonio histórico en lo referente a la Memoria Histórica y colectiva. Esta pérdida de memoria voluntaria es reveladora para comprender la contradicción  por qué se sitúa en la plaza de toros antigua el Palacio de Congresos “un espacio de encuentro para la cultura”.