El entonces arquitecto municipal de Rotterdam, W.G. Witteveen, ya había desarrollado en 1928, un plan para la reorganización de la ciudad central, propugnando la reserva de suelo para vías representativas más amplias y edificios institucionales. En 1941, tras la destrucción del centro de la ciudad volvería a proponerlo como esquema organizativo para la reconstrucción de la parte histórica. Sin embargo, las ideas de Witteveen no llegarían a fraguar por la excesiva rigidez de sus planteamientos estéticos, así como por los retrasos y conflictos generados por el sistema de control propuesto. La oposición de los empresarios más influyentes, organizados alrededor del grupo Kleine Kring y liderados por el industrial van der Leeuw, forzarían la retirada final de la concepción urbanística de Witteveen para la reconstrucción.
Sería el ingeniero C. van Traa el que acabaría concretando el diseño planimétrico para la modernización de Rotterdam con su Basis Plan, de 1946. Este era ante todo un documento programático, flexible y de grandes líneas maestras que permitiría luego continuas adaptaciones a las circunstancias cambiantes.
Este sería el instrumento que permitiría así la reconstrucción de las zonas centrales hasta 1972, con unas bases planificadas que transformarían radicalmente la ciudad y la dotarían de una nueva imagen tan característica y claramente contemporánea. Un hecho morfológico y visual que se refleja en sus arterias y espacios centrales, como Coolsingel y Hofplein.
Un episodio urbanístico muy interesante de estos años, que surge en el contexto de aquel programa general del Basis Plan, fue el diseño y articulación de la primera zona comercial abierta completamente peatonal, el área de Lijnbaan que se abriría al uso público en 1953. Fue proyectada por los arquitectos Van den Broek & Bakema, como una calle de tiendas organizada en bloques de baja altura y amplios espacios peatonales incluyendo pequeñas oficinas, comercio minorista y grandes almacenes -como De Bijenkorf- formando así un contexto urbano vibrante, libre de vehículos y lleno de vida. Inmediatamente, se tomaría como una referencia ineludible para otras zonas peatonales que, a partir de entonces, se implementarían en muchos centros de las ciudades más desarrolladas del mundo.
Poco a poco, Rotterdam iría construyendo una imagen de ciudad altamente innovadora. donde la iniciativa privada y el sector público interactuarían cooperativamente para desarrollar un entorno de diseño urbano rico en el que los planificadores tendría amplia libertad para desarrollar sus conceptos e ideas revolucionarias. Un clima en el que los empresarios y planificadores, junto a su Ayuntamiento, facilitarían la reconstrucción y desarrollo social de la ciudad.
En los años 80 entrarían en escena las ideas para la densificación de la ciudad central y la ocupación de los espacios portuarios abandonados como consecuencia del traslado de las instalaciones hacia el estuario exterior. En ese momento, se redescubriría en la ciudad americana y se evidenciarían las ventajas de la edificación en altura. Es el momento en que surge un libro fundamental, para entender la extensión de estas ideas, Delirious New York del arquitecto local, Rem Koolhaas. También, en ese momento, la intensificación de la ocupación y aprovechamiento del suelo informaría la Vierde Nota over de Ruimtelijk Ordening Extra (Cuarto Informe sobre Ordenación Territorial Extra, VINEX), penúltimo documento de estrategia espacial, que desde 1960 y a lo largo de décadas, han venido pautando globalmente el crecimiento urbano del país.
Fruto de este cambio de perspectiva, se formalizó una experiencia más reciente y sumamente intensa en el proceso de renovación de la ciudad. Es la que experimentaría el sector de Kop van Zuid, en la margen sur del río Maas, una enorme superficie vacante que tenía una posición estratégica y relativamente próxima al centro de la ciudad.
En 1981 se celebraría en la ciudad un encuentro internacional de arquitectura en el que se invitaría a cinco arquitectos y diseñadores para presentar propuestas y debatir una visión sobre el futuro de Kop van Zuid. Era una época en que algunas ciudades empezaban a darse cuenta de la importancia de la renovación urbana para ejercer un atractivo hacia nuevas empresas, servicios y residentes, generando proyectos urbanos innovadores y estéticamente atractivos A partir de esa experiencia el Ayuntamiento encargaría a Teun Koolhaas bajo la dirección de Riek Bakker del Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda (Dienst Stedenbouw en Volkshuisveting, dS+V) un plan maestro para el desarrollo completo del área, conservando algunas estructuras preexistentes de interés, como el carismático Hotel New York en el muelle Wilhelmina y, al mismo tiempo, permitiendo la introducción de nuevas estructuras de oficinas y residencia en altura, como la sede de la compañía telefónica KPN de Renzo Piano y el reciente Montevideo de Mecanoo.
La experiencia de los desarrollos urbanos VINEX en los que se ha introducido extensamente a la iniciativa privada bajo el paraguas ideológico de la eficiencia ha constituido una explosión sin igual de nuevos suburbios alrededor de las principales ciudades del país.
Nesselande, al igual que Ijburg en Amsterdam, es un último desarrollo urbanístico hacia el Noroeste de la ciudad de Rotterdam que se ha ejecutado como zona designada VINEX. Su ordenación consiste en la preservación de una banda central abierta, como supuesta reserva ecológica en la que coexisten superficies de agua y aves con una potente línea de alta tensión. Junto a este eje vacante se ha dispuesto la distribución escalonada de grandes manzanas de viviendas colectiva a partir de una línea de tranvía. En sus extremos se ha previsto por un lado, una gran superficie semiacuática de viviendas unifamiliares en las que cada cual va a proyectar con una formalización diferenciada y, por otro, un parque empresarial junto a una gran infraestructura viaria.
El resultado urbano actual es bastante inhóspito y de insuficiente calidad.
El recurso a la iniciativa empresarial supone una constante degradación de la calidad espacial de esos nuevos distritos urbanos y, con ello, una escasa preocupación por el fomento de la vida colectiva. Visitando el lugar se observa una tendencia a la individualización extrema de los hogares y la ausencia de servicios comunes esenciales.
Detrás de todo este esfuerzo de ordenación básica y de concepción de la forma urbana vendría una pléyade extensa de magníficos proyectistas que han ido construyendo la arquitectura correspondiente. Así se ha ido disponiendo una colección intensa de piezas de alta calidad formal y constructiva, que representan la vibrante idiosincracia colectiva de la ciudad de Rotterdam a comienzos del siglo XXI. Desde las propuestas primeras de Van der Broek y Bakema en Lijnbaan hasta la biblioteca central; las Casas Kubus de Piet Blom o la ya extensa práctica del equipo Mecanoo, liderado por Francine Houben; el propio puente Erasmus de Ben van Berkel o las obras de Wiel Arets y también del equipo Neutelings y Riedjik; o los menos conocidos Tangram o 2012 Architecten que propugnan el formalismo extremo, unos y otros el reciclaje como base para el diseño. Todos los anteriores junto a otras decenas de equipos profesionales que han ido poblando los diferentes barrios de la ciudad con edificios de magnífica factura.
Cita a: Federico García Barba | marzo 27, 2011 http://www.garciabarba.com/islasterritorio/rotterdam-la-ciudad-puerto/ - Fecha de consulta - Febrero de 2015