La experiencia arquitectónica de Louis Kahn constituye un caso único en la historia de la arquitectura del siglo XX. Kahn no sólo es la figura crucial en la transición de la arquitectura norteamericana de los años cincuenta.
Louis Isadore Kahn nació en 1901 en la isla de Oesel, Estonia, pero se trasladó en 1905 a Estados Unidos.
Empezó a estudiar arquitectura en 1920 en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Pennsylvania, Filadelfia.
Durante el año 1928 visito los templos de la Magna Grecia y las ciudades medievales italianas. En estos años está fascinado por la arquitectura que está realizando Le Corbusier, el arquitecto a quien más admiró, llegando a declarar que “...fui a vivir a una maravillosa ciudad llamada Le Corbusier”. En 1937 abrió su despacho en Filadelfia y en 1941 se unió a George Howe, uno de los arquitectos precursores de la arquitectura moderna en EE.UU., con quien realizó diversas obras, en especial proyectos de planeamiento urbano y barrios residenciales.
Se independizó a partir de 1951, proyectando la Galería de Arte en la Universidad de Yale. Allí comenzó a imprimir un carácter personal a su obra y tomando una posición distante al Estilo internacional de los años treinta y cuarenta. Al tener casi cincuenta años cuando empezó su propia carrera arquitectónica, Kahn poseía una madurez y seguridad respecto a sus ideas arquitectónicas realmente singulares.
Según Kahn, los estadios básicos del proyecto arquitectónico son tres: el inicial y definitorio de la idea, cuando la forma misma expresa su primera voluntad concreta de existir y se elige entre la diversidad de tipos formales; la introducción del orden, recurriendo a los criterios de la composición tradicional, estableciendo un orden que se basará siempre en el rigor y las leyes de la geometría; y al final del diseño, resolviendo y definiendo a través de los detalle las cualidades de cada espacio, su iluminación, sus elementos constructivos, sus materiales y su confort interior.
Las 5 constantes:
1. la composición y la integridad de un estilo
2. el respeto por los materiales
3. el modulo espacial como elemento básico, cuya repetición determina la planta
4. la luz como factor constructivo
5. las relaciones entre los distintos elementos arquitectónicos
Para entender su idea sobre la composición hay que distinguir entre lo que Kahn denomina espacios sirvientes y servidos, los laboratorios Richards reflejan esa concepción. La preocupación de Kahn por la composición debe ser interpretada desde un punto de vista histórico. Creó un sistema basado en el ordenamiento de dos aspectos esenciales de la composición arquitectónica: la teoría y la técnica. La forma en que emplea los materiales es una de las características de su arquitectura. El cuidado con que los utiliza expresa su deseo de relacionar nuevamente al hombre con la naturaleza. El laboratorio Richards es tal vez el primer edificio construido con elementos prefabricados de hormigón.
En manos de Kahn, el ladrillo cobró vida, lo emplea en combinación con el hormigón, logrando con el aumento de su resistencia una síntesis que le brinda nuevas posibilidades expresivas. Al mismo tiempo que desafía a la naturaleza para encontrar nuevos medios de expresión, el lenguaje formal de Kahn revela su respeto por las leyes naturales. En sus obras, el conocimiento de las características de cada material se traduce en una perfecta armonía entre la técnica el material y la solución formal. Según Kahn, la palabra es la composición de varios elementos. Cada uno de estos módulos espaciales es una unidad en sí misma que existe independientemente de la forma de la planta. Para Kahn, el espacio no es un ente abstracto, es un ente concreto hecho a la medida del hombre. La luz natural determina la identidad de un espacio. En sus plantas muestra donde hay luz y en donde no la hay. Los elementos no permeables a la luz, paredes y columnas, con los que componen la estructura, no hay nada superfluo, todo tiene una utilidad. Desde el comienzo una de las mayores preocupaciones de Kahn fue la economizacíon de los elementos utilizados. Kahn rechaza la separación entre estructura y cerramiento, entre unidades espaciales y constructivas, en su obra, la técnica se integra en la arquitectura. Para componer un espacio es necesario analizar las relaciones entre los elementos que lo componen. La forma en que se relacionan estos elementos, ya sea concreta o simbólica. Kahn observó que la abertura entre dos elementos portantes era en sí misma un medio de comunicación. A lo largo de la obra de Kahn se observa su preocupación por solucionar mediante la práctica de la arquitectura los problemas del presente.