F. BRUNELLESCHI

  • Ciudad natal: Florencia
  • 1377-01-01 / 1446-04-15

Nació en Florencia en 1377 donde recibió una temprana formación como orfebre. En 1401 participo aunque no fue premiado, en el concurso para el diseño de las puertas de bronce del baptisterio de su ciudad. Más tarde se dedico a la arquitectura, y en 1418 recibió el encargo de construir la cúpula inacabada del Duomo, la Catedral de Florencia.

Brunelleschi demostró un doble interés por la técnica constructiva y las formas arquitectónicas. En lo que respecta a la técnica de las estructuras, la referencia a los modelos antiguos es ficticia en una gran parte. Los procedimientos utilizados por Brunelleschi en la cúpula y en el resto de sus obras, son sustancialmente independientes de la tecnología antigua, y pueden relacionarse casi siempre con la experiencia medieval, enriquecida por su fina inteligencia creadora. Los tipos planimétricos y volumétricos de los edificios brunelleschianos, salvo quizás la rotonda de los Ángeles, son completamente diferentes de los antiguos. Sin embargo, las formas básicas de los elementos de construcción (columnas, pilastras, cornisas, arcos, balaustres, tímpanos, ménsulas, etc.) están reproducidas minuciosamente en los modelos clásicos, y repetidos, en las obras posteriores a 1428.

La arquitectura y los escritores medievales se relacionan con el mundo clásico a través de una tradición ininterrumpida. Brunelleschi conoce esta tradición, pero rompe con ella buscando relaciones directas con los modelos clásicos y empleándolos con un nuevo criterio de selección y exactitud. Como todos los humanistas de su tiempo, contempla lo antiguo “como algo distinto y distante, amorosamente reconstruido, que precisamente por eso ya no puede identificarse con nosotros”.

Los tipos de distribución y construcción de los edificios romanos, condicionados por las distintas exigencias del momento a que pertenecen, fueron probablemente estudiados por Brunelleschi, sin intentar reproducirlos. En cambio, las formas convencionales de los ordenes arquitectónicos y de sus respectivos complementos, que ya los romanos habían tomado de la tradición helenística, son nuevamente aceptados como modelos ideales, aptos para transformar el repertorio infinitamente variado de la tradición gótica en un repertorio finito y normalizado. Se hace indispensable entonces enumerar las consecuencias de esta elección, que partiendo de los detalles hace cambiar totalmente la naturaleza de los organismos arquitectónicos y el procedimiento de proyección: 1- Las formas de los elementos arquitectónicas no son ideadas “a posteriori” para cada edificio, porque ya están definidas “a priori”, con sus proporciones correspondientes y casi todas las particularidades decorativas; es decir, están “normalizadas”.

2- Los elementos normalizados sobre la guía de los modelos antiguos, no son partes independientes, sino que resultan ligados entre sí por correspondencias proporcionales, igualmente normalizadas, formando algunas asociaciones típicas que se denominan “órdenes arquitectónicos”. La columna o la pilastra, compuesta de tres partes, base, fuste y capitel, está asociada siempre a un entablamento, compuesto a su vez de tres cuerpos superpuestos: arquitrabe, friso y cornisa.

Muere en Florencia en 1446.