Francesco BORROMINI

  • Ciudad natal: Bissone
  • 1599-09-25 / 1667-08-02

Para Francesco Milizia, teórico neoclásico, Borromini fue un loco y su arquitectura una simple demencia. Una locura genial, la envidia y el desmedido deseo de asombrar habrían impulsado al artista a buscar lo nuevo aun con el riesgo de caer en lo extravagante. Se le criticaba el exceso, el desprecio por las “reglas” del arte, la brusca desviación de la tradición naturalista, la ruptura del equilibrio clásico entre invención e imitación, entre fantasía y realidad.

Para la estética barroca la observación de la realidad y el ejercicio de la imaginación son momentos necesarios del arte, pero solo el equilibrio de ambos puede producir un equilibrio perfecto. Borromini, al haber desarrollado un solo aspecto del arte, no ha realizado el arte en su universalidad y por lo tanto su obra es fundamentalmente anticlásica. Tiende a obtener un vuelco de los fundamentos mismos de las formas y de sus procesos, su objetivo polémico es la idea clásica de la forma como representación. Los dos grandes esquemas compositivos tradicionales, de eje longitudinal y de eje central o vertical, se compenetran y fusionan. La arquitectura de Borromini se manifiesta como contracción o reducción del espacio y como concentración de la luz y de las sombras en los perfiles netos y cortantes de la forma. El esquema elíptico o de tendencia elíptica es siempre el resultado de sucesivas compenetraciones, en definitiva, de una contracción del espacio.

La fantasía de Borromini prescinde de toda experiencia naturalista no utiliza nunca lo verdadero, tiende a expresarse en formas naturalistas y hasta estáticamente imposibles pero realizables a base de un extraordinario virtuosismo técnico. Su dominio técnico no es el “diseño” universal, sino una técnica particular.

Transforma el tema plástico en lineal, la función estática en dinámica, la forma cerrada en continua, el impulso hacia abajo en impulso hacia lo alto. La complicación formal es el desarrollo preciso, hasta sus últimas consecuencias, de un tema rítmico fundamental. La perspectiva de Borromini, aun cuando está desarrollada de acuerdo con la lógica geométrica más rigurosa, tiende a contraer o, simplemente, a anular el espacio. En lugar de prolongar o desarrollar el espacio real en el ilusorio, sustituye el espacio real por el fantástico.

De su obra teórica Opus Arquitectonicum buena parte de sus escritos fueron destruidos por él mismo antes de su muerte.

Algunas des sus principales obras: Palazzo Barberini,Roma (1629-1631), Baladaquino de San Pedro, Ciudad del Vaticano (brindó asesoría técnica a su posterior antagonista, Lorenzo Bernini) (1631-1633), Oratorio de San Felipe Neri, Roma ( 1637), San Carlo alle Quattro Fontane, Roma (1638-1641), Sant'Ivo alla Sapienza, Roma (1642-1660), San JUan de Letrán (reconstrucción), Roma (1647-1650), Santa Inés en Agonia, Roma (1652)