Torre del Agua (Expo Zaragoza)

Enrique de Teresa

El edificio de la Torre del Agua, de 76 metros de altura, se plantea como una dualidad que aúna dos elementos separados conformando un edificio singular y marcan su perfil: un zócalo, que permite salvar todas las exigencias del terreno (diferencias de nivel, pendientes, la direccionalidad de los recorridos) de 13 metros de altura en su parte más visible y un cuerpo acristalado y transparente cuya condición escultórica en forma de gota de agua lo define como símbolo emblemático.

Este volumen permite tener una doble percepción del edificio, gracias a la transformación que experimenta de su visión diurna, un volumen opaco, a la nocturna, un gran faro luminoso.

Cumple la condición de signo reconocible, hito y emblema de dicha Exposición. Su principal reto era la construcción de un pabellón de exposición en altura, sacando partido a esa característica singular. Su novedad y su atractivo residen en su forma expresiva exterior, de formas sinuosas y fluidas, y en su espacio interior, de gran escala y que se activa mediante un itinerario en doble rampa helicoidal que lo bordea. Todo ello se consigue gracias a una estructura singular de acero y a un tratamiento material novedoso de aluminio y vidrio con protección solar. La transparencia y diafanidad del edificio, así como su altura, lo convierten en un mirador sobre el paisaje, mientras que su definición formal remite a la noción de fluidez.

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Leaflet © NOMADA Fadu Udelar