El templo permaneció inacabado durante casi siglo y medio: faltaba la fachada.
A finales del siglo pasado, el arquitecto de Lille Pierre-Louis Carlier coloco en el lugar de la fachada una sorprendente y espectacular “lámina” de mármol sostenida por cables de acero. En el sótano, el museo de arte sacro contemporáneo expone obras desde Andy Warhol a Sergio Ferro.