El Marqués de Pombal en 1756 ordenó delimitar los viñedos del Valle del Duero con marcos de granito- Marcos de Feitoria- determinando de este modo las áreas de producción de los mejores vinos. La impronta que dejó en el paisaje, en la vida de los hombres y en el sistema de relaciones, además de su importancia económica, hizo del Vino de Porto, parte de la cultura portuguesa.