El plan de Berlange y Van Eesteren es una revisión a un anterior plan para la zona sur.
La propuesta se basa en la idea de realizar una especie de barrio-jardín. De hecho, es el diseño del espacio verde lo que domina la composición del nuevo espacio a urbanizar. El amplio y sinuoso cauce de un nuevo canal de unión entre el Amstel y el Schinkel es el signo que genera toda la morfología orgánica del asentamiento, libremente inspirada en la estética de los jardines ingleses.
La edificación -de baja densidad y sustancialmente inmersa en el gran parque- sigue, a su vez, trazados viarios predominantemente curvilíneos y angostos.
En el plan Zuid se pueden identificar de manera inmediata los dos trazados viarios que dominan la composición, esto es, el tridente que parte de la plaza ferroviaria y el amplio vial arbolado que parte en eje con el puente sobre al Amstel para después bifurcarse trazando sobre el terreno una gran Y. A su vez, el agua de los canales marca también una espectacular figura geométrica en Y, aunque trasladada más adelante, para después concluir en un único cauce antes de desembocar en el Schinkel. Sobre este sistema primario se inserta a continuación el sistema secundario de la red de calles menores, que se une al tejido viario adyacente.
En efecto, si hay un dato que llama la atención en el grandioso plan del siglo XVII de ampliación de la ciudad de Amsterdam es la belleza de las hileras de olmos que corren paralelas a las líneas de agua y que dan un carácter unitario a la composición urbana pese a la caleidoscópica variedad decorativa de las fachadas que se alzan tras ellas. El diseño del verde asume una nueva estrategia urbana.
En la reiteración tipológica básica, el tipo de manzana adoptada en Ámsterdam Sur se puede reducir, esquemáticamente, a unos pocos datos estructurales: tiene una forma planimétrica de rectángulo alargado (entre 40-50 y 100-200). La cortina edilicia perimetral está compuesta, por lo general, de dos viviendas dúplex superpuestas, y sólo en casos más raros es de tres plantas. Las relaciones dimensionales entre la altura del bloque edilicio y la anchura del espacio central están pensadas para limitar al máximo los inconvenientes de la falta de asoleamiento de los pisos bajos