La casa se ubica en una parcela de 24 há. a orillas del Río Fox, a unos 90 kms. al sur de Chicago. El solar se encuentra en zona inundable, por lo que Mies elevó el nivel de la planta baja 1.5 m., alzando los planos rectangulares del suelo y el techo sobre ocho perfiles de acero “doble T”, separados entre sí 7,20 mts., que resuelven toda la estructura de la vivienda.
La expresión de su construcción en acero y vidrio, es una muestra más de la afinidad de Mies van der Rohe por la sencillez arquitectónica y la perfección en los detalles constructivos. Esta obra constituye uno de los ejemplos pioneros y paradigmáticos del minimalismo. Los únicos elementos que se destacan en la construcción son los tres planos horizontales que forman la terraza, el suelo y techo de la vivienda, soportados perimetralmente por los pilares que no llegan a perforar los planos.
Tanto las columnas como las vigas estaban sobredimensionadas de acuerdo con las necesidades estructurales previstas para que el propio mobiliario de Mies se colocara formando islas. Dentro y fuera, los pavimentos son de travertino. El módulo compositivo de la vivienda nace de la baldosa de empleada que mide 90x60 cm. El pavimento es perfectamente plano, con juntas abiertas para el desagüe. Las columnas están soldadas a las vigas y el acero pintado de blanco. En el interior, la cocina, los dos baños, la estufa y un pequeño depósito se agrupan en una módulo central cuya terminación es en madera, la cual aloja las instalaciones y articula la separación entre las distintas zonas de la vivienda, dejando libre la circulación en todo el perímetro.