Proyecto de vivienda colectiva realizado por el arquitecto Frédéric Borel. El contexto de este proyecto es una parcela urbana de pequeña anchura (20 metros) de calle, y de gran longitud (87 metros). Una dificultad adicional es la presencia de medianeras comunes dentro de la parcela, con una altura máxima de 23 metros.
El papel de la arquitectura es ir más allá de las condiciones del recinto inherentes a la trama urbana, las paredes medianeras y las normas de planificación de la ocupación del suelo.
Contenido dentro de los límites naturales, el proyecto se convierte en un microcosmos urbano.
Un pequeño paisaje, un jardín visible desde la calle se inserta en el espacio destinado a la distribución. Las viviendas ocupan el borde del lugar y tiene vista al jardín.