MACBA Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona

Richard MEIER
  • Dirección: Plaça dels Àngels, 1
  • Fechas inicio-fin: 1990-1995
  • Programas: MUSEO
  • Sitio web: http://macba.es/
  • Información útil: Lun-Vie 11.00-19.30 / Sab 10.00 a 21.00 Dom 10.00-15.00 Martes no festivos: cerrado

El MACBA de Richard Meier presenta algunos aspectos relevantes que trascienden al propio edificio y a su arquitectura, y ello si lo enmarcamos en lo relativo a las políticas urbanas, los equipamientos de ocio y cultura y, finalmente, a las formas de legitimación de los productos culturales. Por otro lado interesa el propio proyecto y esto, más que considerado como monumento en sí, enmarcado dentro de la obra de su autor donde el Macba es sólo un caso particular dentro de la serie de casos posibles; el tema hace al modo de operar de Meier, a su lección de modernidad y su desencanto implícito.

Por último se debe señalar una paradoja que no es tal: que fuera justamente el blanco desencantado de Meier el encargado de dar vida y ofrecer su imagen a las aspiraciones de una ciudad lanzada a la conquista de un puesto en el horizonte cultural europeo.

El MACBA está ubicado en los límites del Raval, el conocido “barrio chino” de Barcelona, célebre por sus cabaretes y prostitutas, habitado por una población de bajos ingresos con clara mayoría de inmigrantes. La operación que da lugar al Macba y de la que es uno de sus buques insignia, supone la “recuperación” del barrio –“salvemos al Raval” era una de sus consignas- e implica dotarlo de áreas libres y a la vez mejorar, higienizar, el tejido “pauperizado”, “tugurizado”, redistribuyendo a los pobladores dentro de la propia zona.

La paradoja está en la elección de Meier, un arquitecto que saltó a la notoriedad a partir de las exposiciones de los “five architects” de New York a principios de los setenta, un grupo que aparece en el horizonte estadounidense como culminación de un proceso de desencantamiento que tiene sus raíces en el propio Wright y en el agotamiento de la experiencia de Louis Kahn. El “invento publicitario” de Peter Eisenmann, consistió en lanzar un grupo heterogéneo e inexistente, bajo un rótulo homogéneo.

De esta manera, los five, lograron cubrir un deseo de vanguardia, reproduciendo la imagen codificada de la vanguardia europea de los años veinte según se leía desde la óptica norteamericana. En este contexto, los sobrios volúmenes blancos de Richard Meier podían invocar la poética purista del primer Le Corbusier, tema que quedaba convalidado por el propio discurso del catálogo de los five.