Su construcción en la década de los 50 marcó un antes y un después. Las arquitecturas adornadas que abundaban en el área le dieron paso a las geometrías mas puras y al binomio de forma y función.
Así es que sobre la Av. Paulista se erige este clásico de la arquitectura. El complejo combina las funciones residencial, comercial, servicios y entretenimiento. El programa está dividido en dos grandes volúmenes uno horizontal que ocupa toda la manzana y otro vertical que ocupa solo una parte del terreno, elevado sobre pilotis.
El volumen horizontal se desarrolla en tres niveles y contiene el paseo comercial con tiendas, librerías, bancos, cines y restaurantes. En el centro de las galerías se ubican las circulaciones verticales compuestas por rampas, ascensores y escaleras mecánicas. La rampa fue cubierta por una cúpula geodésica, inspirada en los diseños de Buckminster Fuller, por la que ingresa luz natural. En su azotea diseña una terraza jardín como plaza pública. La pantalla vertical esta compuesta por tres torres de veinticinco pisos con accesos independientes. Allí conviven las oficinas, consultorios y viviendas.