El Orquideorama José Jerónimo Triana fue el resultado de un concurso de ideas arquitectónicas realizado en 2005.
Su objetivo es enfatizar la importancia del jardín en su gran variedad de contenido a través de la relación entre arquitectura y organismos vivos, sin hacer diferencia entre lo natural y lo artificial, permitiendo así combinar una organización material, ambiental y espacial.
Destaca la gran estructura de madera techada, compuesta por figuras geométricas hexagonales que hacen referencia a la unión de grandes pétalos o paneles, creando una forma de “flor-árbol” que aporta un gran significado al lugar, resalta a través de ella la exuberancia del jardín. La repetición de este sistema modular permite definir el desarrollo del proyecto a través de la agrupación y crecimiento flexible, conformada por diez patrones, pero pudiendo extenderse en cualquier momento si es necesario o simplemente pudiendo ser replicada en otra zona. Al estar ubicado en el centro de un bosque nativo dentro del jardín botánico, se intenta restablecer la forma del follaje faltante para mimetizarse con el entorno. El sistema estructural de troncos huecos determinan la ubicación de las redes eléctricas e hidráulicas que permiten ejercer control de temperatura, humedad y recolección de agua.
Debajo de esta gran cubierta se agrupan diversas especies de plantas como orquídeas, calateas, anturios, balazos, bromelias, helechos y palmas, entre otras; que brindan un ambiente “tropical”.
En esta propuesta paisaje y arquitectura se combinan a la perfección acogiendo diversas actividades como actos y reuniones, siendo considerado el Orquideorama como el gran ícono del jardín botánico.