El edificio de la Pinacoteca fue construido a fines del siglo XIX para alojar el Liceo de Artes y Oficios. Con el paso de los años la construcción alojó distintos tipos de programas hasta que a fines de la década del 90 se realiza una reforma para la instalación de la Pinacoteca, estableciendo una clara transformación.
En la intervención se colocaron pasarelas metálicas para cruzar los patios internos cambiando el recorrido espacial y por consiguiente la implantación del edificio, logrando así un vínculo con el exterior a través de una terraza en el acceso principal que marca el ingreso al edificio.
El material metálico predomina en el nuevo proyecto adecuándose a la perfección debido a su ligereza, generando una interacción entre lo nuevo y lo viejo.
En los vacíos internos se colocaron claraboyas planas cuya estructura de perfiles de acero sujetan vidrios laminados.
Se crea una nueva atmósfera a través de la sucesión de espacios, la luz y las características arquitectónicas proporcionadas por la construcción ya existente de grandes muros portantes con ladrillo visto. Por último, para la correcta adecuación del edificio a las necesidades del programa se realizaron obras de refuerzo estructural, sistemas de climatización, seguridad, depósitos, auditorios, elevadores, señalización, red eléctrica, servicios de biblioteca, café y restaurante. Si bien el proyecto sufrió modificaciones, las fachadas externas permanecen intactas desde hace cien años ejerciendo una fuerte presencia en el entorno.