Situado en una ladera urbana con fuerte pendiente, el edificio de estructura horizontal se desarrolla de forma sinuosa, aprovechando al máximo el suelo disponible. El conjunto desciende la montaña generando 4 niveles diferenciados por oficinas y azoteas verdes, aprovechando la orientación para sacar mayor rédito de la iluminación natural.
La estructura busca minimizar la excavación del sitio y la incorporación de aislamiento para absorber las fuerzas sísmicas, lo que se logra mediante estructuras de acero y hormigón. La circulación es llevada al exterior aprovechando el clima templado, mediante rampas y escaleras; se genera un recorrido continuo entre todos los niveles y se conecta a tres edificios de investigación próximos y al UCSF Medical Center (a través de un puente peatonal). En el interior, las transiciones entre los niveles están diseñadas como lugares para el intercambio, salas de descanso y escaleras. Mediante el acristalamiento de estos intersticios se promueve la conexión visual entre los laboratorios y las oficinas. Las azoteas verdes proporcionan beneficios ambientales y un equipamiento al aire libre para los usuarios del edificio, se crean como un espacio acogedor, de transición entre el campus y el bosque.