Tomado de: IMM, Facultad de Arquitectura. Montevideo a cielo abierto. El espacio público. Montevideo: Intendencia Municipal de Montevideo. Facultad de Arquitectura, Universidad de la República. Junta de Andalucía- Sevilla, Montevideo 2003.
El sistema de parques montevideanos representa la expresión paisajística planificada en el espacio público. Diseñados en las primeras décadas del siglo XX, en el marco de la «Política de parques, plazas y jardines~1 constituyen aún hoy el patrimonio verde fundamental de Montevideo. Los modelos formales de referencia se evidencian en su estructuración y organización general, y se transfieren a través de la actuación de destacados paisajistas franceses en el ámbito público y privado. Del modelo francés se retoma la ordenación y tratamiento geométrico, la ley de la razón y la ley de la belleza. Del modelo inglés, la recreación «natural" del paisaje, y la utilización de la serpentina en el trazado. Del sistema mixto creado por Alphand, la síntesis de las dos corrientes predominantes. No obstante, prima el modelo pintoresquista inglés en el trazado y composición de estas estructuras verdes. Respecto a los elementos estilísticos del equipamiento, se destaca una producción original común y coherente, característica de las preocupaciones expresivas de la época.(...)
La propia evolución urbana de Montevideo ha pautado el protagonismo de esta pieza verde y la importancia de la misma con relación a 'a ciudad toda. Mientras que en las primeras décadas del siglo, el Prado es promovido y apropiado como lugar privilegiado de tertulia y encuentro por la alta burguesía, las apetencias posteriores por la faja costera de la ciudad, le relega a un plano intermedio. En las últimas décadas del XX surge y se consolida el interés por recuperar este valioso legado patrimonial tanto en relación al espacio público del parque como a las estructuras históricas del tejido urbano con la casa-quinta como tipología distintiva del barrio y testimonio del eclecticismo de la época. En cuanto a su estructura y conformación espacial, el curso de agua y la vegetación exultante y variada constituyen las soluciones de continuidad de un área verde calificada que no detenta un diseño integral y unitario. Conviven por su propia génesis, la composición mixta de referencia de los diseños originales. Se evidencia el pintoresquismo inglés en la curva -línea jardinera por excelencia- de las circulaciones vehiculares y peatonales y el racional francés en sectores geométricos como el Rosedal, por ejemplo. Este último y el hotel del Prado con su entorno inmediato, constituyen enclaves singulares y calificadores del paseo público. Otras instalaciones singulares del parque son los pabellones para las exposiciones ganaderas y fiestas criollas de la Asociación Rural del Uruguay. Éstos se convierten anualmente en escenarios de importancia nacional para esta actividad específica, incorporando recientemente importantes muestras industriales y comerciales.
Tomado de: IMM, Facultad de Arquitectura. Guía Arquitectónica y Urbanística de Montevideo. Montevideo: Intendencia Municipal de Montevideo. Facultad de Arquitectura, Universidad de la República. Junta de Andalucía, 2008.
El proceso que integró varias quintas y jardines particulares, se inició en 1889 con la adquisición de la casa quinta de Don José Buschental -cuyos jardines repletos de flores y árboles exóticos fueron delineados por el francés M. Lasseaux- y a la que se agregaron durante más de siete décadas, otros predios.
El Prado así surgido, vertebrado por el arroyo Miguelete -cuyos bordes fueron lugar de paseo y encuentro social- no se constituyó como un conjunto de zonas yuxtapuestas gracias a las obras que armonizaron el conjunto según un planteo global en el que se mantuvo el aspecto original de cada sector, pero facilitando el acceso y la circulación en sus diversas zonas caracterizadas. Así el antiguo lago artificial y gruta que pertenecieran a la quinta de Buschental, se constituyen en polo de atracción lindero al cual se desarrolló un sector de juegos para niños. En sus terrenos se creó en 1907 el "Jardín Botánico" cuyo realizador fue el paisajista francés Carlos Racine, siendo su obra complementada años más tarde por el Arq. Scasso, Director de Paseos Públicos. Este sector cuenta con gran variedad de especies de árboles, arbustos, plantas acuáticas y de invernáculo, siendo lugar predilecto de paseo.
El Rosedal, ideado en 1912 por Carlos Racine, es el lugar que tuvo más brillo de todo el parque. Albergó en sus canteros y glorietas metálicas una de las colecciones de rosas más importantes del mundo.
Punto de encuentro indiscutido, se puede afirmar que en este ámbito todo está pensado para gratificar los sentidos.
El Prado fue rodeado por la ciudad, pero el placer de recorrer sus caminos bordeados de vegetación, el sentir el sonido de la grava bajo nuestros pies y en otoño el de las hojas secas, el placer de su sombra en determinadas épocas del año, y el de los juegos de los niños, no ha cambiado.
Tomado de: Andreatta, Flavia; Carbia, Laura; Mazzini, Elena. Itinerario Prado. Huellas de la Belle époque. Montevideo: MEC, 2010.
Las nuevas condiciones de vida a fines del siglo XIX y los preceptos del urbanismo y del higienismo determinaron la necesidad de dotar a las ciudades de espacios verdes para desahogo y recreación de la población.
El Prado Oriental, primer parque público de la ciudad, tuvo como base la Quinta del Buen Retiro de José Buschental a la cual se fueron incorporando otras quintas hasta llegar a su conformación actual. (…)
Luego de la muerte de Buschental en 1870, su esposa decidió desprenderse de todos los bienes, pero la venta de las propiedades no fue fácil dadas las circunstancias políticas y económicas del país. El argentino Adolfo Del Campo, asesor de la viuda, sugirió que estas tierras fueran ofrecidas al Estado para ser destinadas a la creación de un parque jardín zoológico o paseo público. Finalmente, Del Campo compró una parte de los terrenos, y dándole el nombre de Prado Oriental, los incorporó al uso público mediante pago de entrada.
En 1889 el Estado expropió los terrenos y edificios que consistían la antigua quinta de Buschental e inició un proceso de sucesivas incorporaciones de otros predios, con el objeto de ensanchar el Prado Oriental.
Dada su lejanía con la ciudad, inicialmente fue utilizado con cierta exclusividad por la clase alta que podía llegar a él en sus vehículos. (…)
A partir de 1889, con la creación de la Dirección de Paseos Públicos de la municipalidad, se promovió una política de “embellecimiento” de los espacios verdes de acuerdo a la concepción de que “la cultura de un pueblo está en relación directa con el adelanto de sus paseos y jardines”. En ese marco, la Dirección de Paseos Públicos contrató a Loui-Ernest Racine (1861-1903), egresado como ingeniero horticultor de la Escuela de Horticultura de Versalles, lo cual denota la importancia que tuvo la cultura francesa en la Belle époque, que se manifestó en la obra de jardineros, horticultores y paisajistas de tal nacionalidad. Este aporte es remarcable en el diseño del Prado y su entorno.
El modelo de jardín francés de inspiración renacentista, cuidaba la simetría y se estructuraba en torno a un motivo central, permitiendo la da obtención de amplias visuales. Las estatuas, los estanques y las fuentes jugaban un papel muy importante. La Rosaleda es un claro ejemplo de este tipo de jardín. Por otra parte, también se observa en el parque la influencia del paisajismo inglés, donde predominan las curvas en la caminería, la vegetación mantiene su aspecto natural y la inclusión de un buen número de elementos románticas: lagos, puentes y grutas.
En 1917, siendo Luis Guillot el director de Paseos Públicos, se realizaron por primera vez obras en base a un proyecto general dado que se habían ido incorporando varias propiedades. Las más significativas quintas integradas fueron las de Agustín de Castro, Miguel de Sierra, Ricardo Hugues, Carlos de Castro y Juan Bautista Raffo.
Las obras consistieron en la renovación de los canteros en el entorno del Hotel del Prado, que fueron sustituidos por otros con líneas suaves, respetándose las plantaciones existentes, la formación de nuevas agrupaciones vegetales y la incorporación de varias esculturas.
Jardín Botánico
Este es el único jardín botánico del país; funciona como centro de actividades científicas, de información y educación respecto de la ciencia botánica para el público en general.
Permite conocer la flora de las diferentes zonas geográficas del planeta y cuenta con una extensa muestra de plantas: acuáticas, de lugares secos, así como de sombra. También se realizaron trabajos de nivelación, pavimentación, así como cordones y desagües, que dieron un carácter unitario al conjunto.
Monumento Histórico Nacional. Resolución 2100/975.
Bien de Interés Departamental.
Obras relevantes en el entorno:
Pabellones de la Exposición Rural
Ver además:
AAVV. Revista Arquitectura, N°185. Montevideo: Sociedad de Arquitectos del Uruguay, 1935.
Carmona, L., Gómez M. Montevideo Proceso Planificador y crecimientos. Facultad de Arquitectura, Universidad de la República. Montevideo, 1999.
Gatti, P., Alberti, M. Juan Antonio Scasso. Montevideo: IHA, Facultad de Arquitectura, 2009.
Scasso, Juan Antonio. Espacios Verdes. Montevideo: Facultad de Arquitectura, Tipografía Atlántida,1941.
Giuria, J. La arquitectura en el Uruguay, Tomo II. Montevideo: Imprenta Universal, 1955.
Lucchini, Aurelio. El concepto de Arquitectura y su traducción a formas en el territorio que hoy pertenece a la República Oriental del Uruguay. Facultad de Arquitectura, UdelaR, Montevideo, 1986.