Tomado de: AAVV. Revista Arquitectura, N°243. Montevideo: Sociedad de Arquitectos del Uruguay, 1977.
Extracto del acta el jurado
La simplicidad y convicción con que se plantea esta propuesta, le otorgan una expresividad y un atractivo que revelan la inquietud por otorgarle un enfoque poético al tema considerado. La potencia del muro paralelo a la Rambla Armenia, la traza abierta en el terraplén expresando la penetración arraigo de la comunidad Armenia en el terreno uruguayo, el manto de flores cubriendo el plano superior, con todos ellos elementos que se aúnan con acierto para dar fuerza y espiritualidad al conjunto.
La presencia de “El hombre” penetrando en el terruño, si bien puede resultar polémica o extraña, es indudable que tiende a reafirmar la idea con central otorgándole una dosis de sugestión que se verá aun más acrecentada con la iluminación nocturna proyectada desde abajo; el espacio pavimentado propuesto no es suficiente para desarrollar actos conmemorativos con numerosa asistencia, pero esta objeción se entiende fácilmente subsanable; Desde el punto de vista urbanística se entiende que esta composición no agrede en nada al entorno, ni provoca afectaciones visuales.
En suma, un proyecto que, por su simplicidad, fuerza expresiva y valores sugestivos, denota un alcance imaginativo que lo distingue en un conjunto de trabajos que no alcanzan la misma contundencia en la concreción de sus idea. Por todo ello es propuesto por mayoría para “PRIMER PREMIO”.
JUICIO DEL ARQ. RAUL P. RICHERO
Sin dejar de reconocer los altos valores expresivos de este proyecto se estima que el resultado adolece de falta de integración al entorno urbano y paisajístico, dejando de lado la posibilidad de crear un espacio para la contemplación de uno de los lugares más pintorescos de las costa montevideanda; En este aspecto y dentro de las limitaciones que le señalan, el anteproyecto “l” con los ajustes del proyecto definitivo puede dar una respuesta más cabal al Programa.
Tomado de: AAVV. Revista Dossier, N°11. Edición Especial 2º Aniversario. Montevideo: MEC, 2008.
Por Christian Kutscher
Fue construida como homenajea la Comunidad Armenia a Uruguay en el 250 aniversario de l fundación de la ciudad de Montevideo, en un marco dominado por la ilusión del infinito que sugiere un horizonte apenas interrumpido por los mástiles del Buceo. Se plasma así, una huella pétrea y metálica, el homenaje de gratitud de una colectividad que en pleno siglo XX halló en Uruguay su segunda patria. “Uruguay! Recibe de tus hijos adoptivos este símbolo de gratitud y lealtad”, reza la leyenda en el monolito que acompaña la plaza desde sus inicios, anticipándose al proyecto definitivo, cuando en 1971 fue inaugurada por iniciativa de Radio Armenia y su director, Antonio Rupenián, alma máter del proyecto.
Se trata de un conjunto unitario que en su materialización conjuga referencias a la geografía y la historia de una nación cuyas raíces hunden en una de las más antiguas civilizaciones del mundo. Lejos de las elevaciones del Cáucaso, donde Europa y Asia se funden, unos muros ascendentes de hormigón visto evocan el legendario monte Ararat, presente ya en el relato bíblico y reconocido como principal símbolo de identificación de la armenidad. La fuente con el espejo de agua desde el que surgen estos muros representan el lago Sevan, ubicado en el corazón del histórico Reino de Armenia, a casi dos mil metros de altitud. Elevándose por encima del agua frente a los muros, como queriendo proyectarse contra el horizonte del Río de la Plata, una gran águila de bronce patinado realizada por Hugo Nantes impone su presencia, celebrando con su poderío expresivo la libertad y la fortaleza de la comunidad armenia, y rememorando al mismo tiempo, en las huellas de sus alas desplegadas, el dolor de un holocausto cuyo recuerdo perdura en las generaciones de la diáspora.
Obras relevantes en el entorno:
Edificio Panamericano - Estudio Sichero - Radio Océano FM