Second home se sitúa en la zona de Spitafields en el Ese de la ciudad de Londres, al lado del todavía un tanto alternativo mercado de Brick Lane. Es un concepto de espacio de trabajo compartido (co-working space) que trata de acoger a unas 30 empresas con un nivel de alternatividad parecido al barrio, de pequeña escala, y relacionadas con la tecnología. La posibilidad de alquiler de los distintos estudios es múltiple y muy elástica en el tiempo. Lo más importante en el programa son los espacios comunes, que pueden ser usados por cualquiera de los miembros: existen siete meeting rooms, varios espacios de descanso donde se puede leer o charlar, una amplia zona de bar-cafetería, donde el café es gratis y se puede comer a mediodía por 5 libras, y una gran zona mixta de trabajo-eventos donde la gran mesa de trabajo se eleva al techo para dejar el espacio limpio para cualquier actividad, que va desde el yoga hasta conciertos nocturnos...El propio concepto de Second home conllevaba la ineludible necesidad de ocupar con pequeños espacios de trabajo cada esquina y cada zona bañadas por la luz del día, y, por supuesto, la necesidad de poder acceder a cada una de esas diferentes zonas repartidas por los extremos; la necesidad de que no haya nada desperdiciado, de que no haya una esquina que no sirva para algo, que no haya un ángulo donde alguien no se pueda sentar a trabajar, conversar o relajarse. Este manejo de la economía, en su más amplia y original acepción, hasta un su límite máximo, es algo que a nosotros siempre nos deja muy tranquilos, como satisfechos con un deber cumplido; aunque, por otro lado, la alta densidad que conlleva está completa ocupación y aprovechamiento de los espacios al límite, se convierte en una de nuestras mayores incógnitas sobre cómo funcionará realmente en el futuro, con tanta gente trabajando junta en espacios muy concentrados.
Texto editado por Pablo Canén en base a memoria de Proyecto de SelgasCano.