El edificio se construyó en un terreno de 2.8 hectáreas con un desnivel de 13 metros en el pedregal de roca volcánica del Sur de Ciudad de México. Conserva una relación armoniosa con el raro y bello paisaje natural del pedregal, articulándose alrededor de un patio central a la usanza de los viejos colegios y monasterios. El patio funciona como elemento distribuidor, lugar de los trayectos y de los encuentros. De forma trapezoidal y con el lado mayor abierto hacia la entrada principal, este espacio central se compone de tres plataformas en distintos niveles.