Dedicada a San José María Escrivá de Balaguer, la Iglesia y Centro de Formación Santa Fe se encuentra en un contexto urbano de reciente realización, y al desarrollar este proyecto se recupera un espacio urbano conformado literalmente por basura creando un complejo con identidad propia representando valores socioculturales que lo han convertido en un hito urbano. El diseño arquitectónico se basa en trazos geométricos inscribiendo en la repetición de 7 rectángulos Áureos, dos curvas desfasadas aludiendo al pez ICTUS símbolo cristiano y se elevan estas curvas con líneas rectas hacia una diagonal en el rectángulo formando la Cruz de Luz, orientada al norte. Inscrito en esta simbología abstracta, el conjunto está formado por tres partes. El Templo que es el edificio principal se destaca por su altura y forma que nace de la base de piedra como la iglesia misma, y el resto del complejo está trazado a manera de réplicas de la curva que le da su origen.