Ubicado en la zona de mayor valor histórico, el mercado se diseñó para alojar a los vendedores que ofrecían sus productos en la vía pública. La construcción debía ser económica y ejecutarse en un tiempo mínimo, por lo cual se optó por diseñar unas cubiertas metálicas ligeras, apoyadas en elementos puntuales, de tal manera que permitieron que el espacio cubierto contara con la mayor flexibilidad para alojar al mayor número de vendedores posibles. Se propuso que el mercado, por su imagen urbana, se presentara como elemento focal, nodo urbano, fácilmente identificable por la ciudadanía.