Envuelta por un simple cerramiento abovedado, lo dramático del museo viene del poderoso arco de su techo, pensado estructuralmente para soportar aviones suspendidos. Una pared vidriada al sur, barre el edificio, que mira a la pista. A pesar del hecho que la estructura está parcialmente hundida en el terreno, toda su fachada vidriada y una franja continua de vidrio alrededor de la bóveda, baña el interior con luz natural.