Cnosos fue la ciudad más importante de la civilización minoica. Los reyes de Cnosos alcanzaron su mayor poder hacia 1600 a. C., debido a que controlaban la zona del mar Egeo y comerciaban con el rico Egipto.
La edificación más emblemática de Cnosos era el palacio, con sus 17.000 m² construidos y sus más de 1.500 habitaciones, fue el principal palacio cretense y en el que se ha querido ver la sede del mítico rey Minos.
Todo el complejo se aglutina en torno a un patio central y se divide en dos grandes conjuntos, oriental y occidental, separados por accesos al norte y al sur. Debido al modo de construir de los minoicos, añadiendo habitaciones progresivamente, estos corredores no guardan una disposición lineal, sino que están dispuestos de modo aleatorio. El palacio se identificó como el laberinto donde Minos encerró al Minotauro, de donde viene el mito de Teseo y su lucha contra la bestia. En los pórticos, los frescos de estuco en relieve representan escenas de toros, de las que ha perdurado la enorme cabeza de un toro rojo, visible a lo largo de toda la Antigüedad y responsable, con toda probabilidad, de la asociación del mito de Minotauro con estas ruinas.