En esta oportunidad para la Universidad de Oxford, Stirling continúa con el estilo iniciado en Leicester y Cambridge.
Así, Stirling dejaba su huella en las dos ciudades universitarias más celebres de Inglaterra.
Stirling planteo en este caso una reformulación del tradicional «college» anglosajón alrededor de un patio central.
Así, aprovechando la masa de árboles que bordean el riachuelo situado al norte, el edificio se concibe como una U compuesta por cinco cuerpos rectos que se articulan a 45 grados. Uno de ellos se duplica en longitud, generando la entrada principal, que se marca con el motivo utilizado otras veces, de las dos torres forradas de plaqueta roja, donde se sitúan circulaciones verticales y conducciones. Frente a la doble hilera de celdas de St. Andrews, Stirling eligió aquí una disposición volcada hacia el espacio central, al que se asoman todas las habitaciones, mientras que la banda exterior se destina a los corredores, los servicios y unos pequeños espacios de relación. Sobre el podio elevado en el patio central se abre una terraza que cubre la sala de desayunos y conferencias, marcada por un elemento vertical, que en realidad es una chimenea de ventilación.