Tomado de: Estudio ZIP. "Testimonio de encuentros". En Arquitectura, SAU, N° 268 (2012). Disponible en: https://issuu.com/bsau/docs/revista_arquitectura_2012
Históricamente este lugar ha sido escenario de encuentros. Imperios, culturas y voluntades políticas, dejaron testimonio silencioso de su existencia, que hoy puede leerse configurando una impronta particular.
El proyecto acepta esas pre existencias e intenta incorporarse con una vocación integradora, propulsora de un nuevo espíritu, como portal de entrada a un país que se recalifica como destino.
El espacio público configura así un elemento principal de la propuesta, desarrollado a diversas escalas, transformándose en vinculador de las preexistencias y brindando a la ciudad nuevos espacios de uso: la plaza de los Ceibos -como prólogo a la experiencia del Centro- la re- calificación del carácter autóctono del parque costero y la nueva terraza. El espacio se construye para ser vivido como una inmersión a lo natural antes de entrar al centro, un prólogo necesario para vivir la experiencia Uruguay.
La Plaza de los Ceibos como espacio de recepción a nivel del parque, el Centro con su piel verde, la remesa y el agrupamiento de ceibos -flor nacional- sobre un solado de hormigón cruzado por nervaduras cubiertas con césped.
El edificio se posiciona dentro de linealidad espacial configurada por la implantación de instalaciones que testimonian el pasado ferroviario del predio. A la vez busca marcar fuerte presencia desde el agua como llamador, en la aproximación del barco hacia la costa. Por otro lado propone una fachada de escala más urbana hacia la calle Odriozola, posibilitando su apropiación a través de intervenciones artísticas, la cual se va desmaterializando hasta convertirse en una terraza en el sector de visuales más despejadas hacia el río, brindando un espacio soporte para actividades culturales de la ciudad. El edificio se transforma así en un condensador de actividades donde interactúan locales y visitantes.
La piel vegetal, considerada como recurso estético y compositivo de la cultura de la sostenibilidad, entendida como parte fundamental de la vivencia del espacio y de la imagen de un país: Uruguay Natural. Esta fachada incide sobre la calidad medioambiental dentro y fuera del edificio. Protege al interior del sol y los vientos, según su orientación. El velo vegetal de bignonias rosadas, genera tamices de luz provocando texturas y reflejos diversos al interior, y transforman a la naturaleza en una obra de arquitectura. Funciona como jardín vertical, que permite la proximidad a flores, perfumes, mariposas y denota el pasaje del tiempo por variaciones fenológicas y estacionales de la especie seleccionada.
Tomado de: Alemán, Laura. "Entre el río y el tiempo". En Arquitectura, SAU, N° 268 (2012). Disponible en: https://issuu.com/bsau/docs/revista_arquitectura_2012
El volumen ocupa un espacio lineal, extenso, continuo: un filo entre la tierra y el agua, una larga cinta que discurre junto a la vía férrea y el río. Y allí, entre la ciudad y el puerto, se instala como umbral: es portal, comienzo, augurio.
La intención es inducir la pausa: ofrecer un atrio de ingreso al visitante y un lugar de encuentro al ciudadano. Mostrar lo mejor de la ciudad y del país ante el mundo: el edificio quiere ser emblema o símbolo. Sobre esta base, la demanda se asume con autonomía: la propuesta independiza los servicios —gastronomía, información turística—, suma espacios imprevistos —terraza elevada, patio de esculturas, centro de emprendedores turísticos—, define una espacialidad rotunda. Crea un ambiente diáfano que se inunda de azul, de verde, de tonos rojizos: el juego de rampas que trepa en el hall permite apreciar los ceibos, el puerto, la piel vegetal del edificio.
La fachada al río es abstracta y muda. Tiene la neutralidad del plano, la aescalaridad del agua, el poder de lo indiviso. En la noche se convierte en faro, foco, lámpara encendida; un cuerpo tendido y radiante en la penumbra. Por detrás se abre hacia el casco viejo, toma contacto con la grilla: se quiebra, se ahueca; se hace terraza, cuenco, vasija. Adquiere escala humana, acoge y recibe al lugareño.
Pero este esquema bifronte se cose y anuda: el esqueleto metálico instaura la repetición; impone unidad y ritmo al conjunto. Y también lo hacen los nervios de acero que dan base al velo verde y orientan su curso: el manto vegetal reviste su versión geométrica, transita por su propio espectro, recorre su caricatura.
Como si el Árbol Gris de Mondrian volviera a ser árbol y a ser verde en un regreso imprevisto. Nace así un jardín vertical que modera el sol y el viento y proyecta el incierto color de la sombra en el recinto.
Afuera, la plaza de acceso conduce al edificio. Lo precede y anuncia. Es preludio, prólogo, vestíbulo. Un breve trayecto flanqueado por la vieja sede ferroviaria y rodeado de ceibos, jazmines y cipreses altivos. El suelo teje allí un diálogo ancestral, revela la tensión que late en el proyecto y le da impulso: el verde y el gris, la piedra y el vidrio, naturaleza y artificio. Así, el césped brota en diagonal y corta el pavimento duro, y el dibujo resultante invoca de algún modo la piel del edificio.
Más lejos está el parque envolvente, la faja que media entre la trama urbana y el lecho del río. La pieza se instala allí con humildad, sin hacer ruido; asume el talante del espacio que le da cobijo. Y hay aquí una gran modestia: los gestos son cautos, discretos, medidos; el sitio los absorbe de tal modo que parecen sucumbir bajo su influjo. Se conserva la vegetación exótica y nativa, se rescata un tramo de vía férrea, se incorpora equipamiento mínimo. Hay aquí un hacer fundado, una apuesta precisa. Porque lo que parece tan fácil esconde un reto difícil; implica recato, reserva, renuncia. Porque esta virtual moderación supone una genuina opción de proyecto: el recurso a una acción débil que se sabe fuerte, el manejo de una idea que habla en voz muy baja y atiende a lo que dice el sitio.
Tomado de: ZIP Arquitectos. "Centro de interpretación Colonia del Sacramento". En NAU. Nueva Arquitectura Uruguaya. (2010). Disponible en: http://www.arquitecturaenu
El edificio se posiciona dentro de linealidad y continuidad espacial existente, configurada por la implantación dispersa pero longitudinal de edificios e instalaciones, testimonios del pasado ferroviario del predio. Pero a la vez busca marcar una fuerte presencia desde el agua a modo de llamador en la aproximación del barco hacia la costa generando la mayor cantidad de metros y fachada vista hacia el rio a través de una fuerte linealidad que integra espacios exteriores. Por otro lado propone una fachada de escala más urbana hacia la calle Florida, posibilitando su apropiación a través de intervenciones artísticas concertadas. La fachada se va desmaterializando hasta convertirse en una terraza elevada, localizada en el sector de visuales más despejadas hacia el río, brindando un espacio para la ciudad que sirve de soporte para eventos y actividades culturales. El edificio se transforma así en un planteo no solo para visitantes externos, sino para usos del público local. Un gran condensador de actividades en donde interactúan locales y visitantes. La piel vegetal se genera como respuesta proyectual a la búsqueda simultánea de la dualidad integración / atracción en un contexto de repertorios arquitectónicos autónomos. Esta envolvente es considerada como recurso estético y compositivo de la cultura de la sostenibilidad, entendida no como un equipamiento agregado, sino como parte fundamental de la vivencia del espacio y de la imagen de un país _ Uruguay Natural. Esta fachada incide directamente sobre la calidad medioambiental dentro y fuera del edificio. La vegetación protege al interior del sol y de los fuertes vientos dependiendo la orientación, un velo vegetal compuesto por bignonias rosadas, generando tamices de luz que provocan texturas y reflejos diversos al interior, y transforman a la naturaleza en una obra de arquitectura. Funciona como un jardín vertical, que permite un contacto directo y cercano con la vegetación., olores, perfumes, mariposas, aves. Es un edificio en el que se lee el pasaje del tiempo a través de sus cambios diarios y estacionales generadas por las variaciones fenológicas y estacionales de la especie seleccionada. Para simplificar su mantenimiento, se diseñó una red de riego por goteo, que recorre perimetralmente la fachada Los otros elementos generadores del edificio son: la estructura de pórticos en diálogo con las preexistencias ferroviarias patrimoniales minimizando su mantenimiento con el uso de acero corten. Una trama de lingas de acero dispuestas en forma geométrica inspirada en el estudio de las nervaduras de las hojas de algunos árboles nativos, sobre las cuales crecerán las enredaderas. El sistema de accesibilidad de rampas que vinculan el nivel de calle y el del parque a través de recorridos múltiples, pero generando un eje de acceso único al edificio a modo de control y direccionalidad. Las áreas técnicas y servicios concentradas liberando el resto del volumen a las exigencias programáticas del edificio. La preexistencia de la piedra latente en todo el área se hace tangible en espacios simbólicos del edificio y el parque. Al interior del edificio se generan visuales que proponen la percepción global del lugar; el acceso por la rampa principal interior dentro del hall lineal en doble altura invita a percibir durante su recorrido el espacio global del edificio, el velo verde, la plaza de los ceibos y el puerto. La propuesta busca responder a las exigencias programáticas con flexibilidad para que sea posible el uso de los distintos espacios como el área gastronómica y el de consulta turística informatizada de forma independiente. También genera espacios no exigidos por el programa pero que se considera consolidan al edificio como polo atractor como son el centro para emprendedores turísticos o espacios exteriores de extensión como la terraza elevada o el patio de esculturas.
Primer Premio Concurso de Arquitectura, IMC - MINTUR – BID. ´
Obra Seleccionada Mies Crown Hall Americas Prize.
Obra seleccionada por Uruguay en la Bienal Iberoamericana de Arquitectura de Cádiz 2012.
Nota Nómada: El edificio forma parte del predio en el que se encuentran las instalaciones de AFE. Dicho predio fué declarado MHN por resolución Resolución N° 754/995
Tomado de: Declaración de Monumento Histórico Nacional. Resolución N° 754/995. Disponible en: http://www.impo.com.uy/bases/resoluciones/754-1995
Visto: la gestión de la Comisión del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación en el sentido de declarar Monumento Histórico Nacional, el área comprendida por: límite oeste: Bastión de San Miguel y de antigua muralla; límite norte: alineación norte de calle Florida; límite este: predio del Puerto; límite sur: Río de la Plata y los Padrones Nº 1669 y 1670 sitos en la 1era. Sección Judicial del Departamento de Colonia.
Resultando: I) Que el clásico edificio de la "Estación con Andén Cubierto", aún está en pie y en buenas condiciones de conservación; así como el tanque para toma de agua, pozo de cambio de dirección de las locomotoras, el galpón semicircular para depósito de las mismas.
II) Estas edificaciones testimonian una realidad histórica de la vida diaria y están muy consustanciadas en el Barrio Histórico, por llegar el predio de A.F.E. hasta las murallas reconstruidas.
III) Estos espacios permiten al viajero que llega por agua, una hermosa visión de la Ciudad con sus murallas, el pórtico, las torres del Faro e Iglesia Matriz y en general de toda la Ciudad.
IV) La preservación histórica y paisajística obliga a afectar el bien de forma de ejercer un contralor edilicio y urbanístico en el área.
Considerando:
I) Que la Comisión del Patrimonio, el Consejo Ejecutivo Honorario de Colonia y las Fuerzas vivas del Departamento, patrocinan la declaratoria como forma de proteger el entorno del Barrio Histórico por un lado y por el otro el predio en los aspectos histórico-culturales, turístico y ecológico.
II) Que el Poder Ejecutivo, animado del propósito de preservar la integridad de aquellos bienes que forman parte del quehacer histórico, artístico y cultural del país, estiman pertinente acoger la presente propuesta.
Atento: A lo precedentemente expuesto, a lo informado por la Comisión del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación y a lo dispuesto por la Ley Nº 14.040 del 20 de octubre de 1971, decreto Reglamentario Nº 536/72 del 1º de agosto de 1972 y por el Numeral 1º literal (g) de la Resolución del Poder Ejecutivo Nº 966/991 del 4 de diciembre de 1991 reglamentaria del Art. 168 Nº 24 de la Constitución de la República que permite delegar atribuciones.
El Ministro de Educación y Cultura, en ejercicio de las atribuciones delegadas,
RESUELVE:
1 Declárase Monumento Histórico Nacional el área formada por: Límite oeste: Bastión de San Miguel y de antigua muralla; límite norte: alineación norte de calle Florida; límite este: predio del Puerto; límite sur: Río de la Plata y los Padrones Nº 1.670, 7.666, 7.667, 8.722 y 8.723, solares 3, 4, 5 y 6 de la manzana 231, sitos en la 1era. Sección Judicial del Departamento de Colonia.(*)
(*) Notas: Redacción dada por: Resolución Nº 868/000 de 16/08/2000 numeral 1.
TEXTO ORIGINAL: Resolución Nº 754/995 de 14/06/1995 numeral 1.
Monumento Histórico Nacional. Resolución 754/995.
Ver además:
http://concursos.fadu.edu.uy/index.php/concursos/bit-centro-de-bienvenida-interpretacion-y-turismo-del-uruguay/
http://arqa.com/arquitectura/centro-de-bienvenida-interpretacion-y-turismo-del-uruguay.html