Tomado de:Soriano Turismo. http://www.sorianoturismo.com/casa-marfetan-museo-regional-de-villa-soriano/ (visto 18 de Agosto de 2017)
Emplazado en una antigua casona colonial de finales del siglo XVIII, el Museo Marfetán es de las instituciones más significativas para el pueblo de Villa Soriano.
Con un variado acervo que abarca desde instrumentos y cerámica indígena, elementos gauchescos, piezas paleontológicas, documentos históricos originales y colecciones numismáticas, hasta singulares curiosidades locales que en su tiempo supieron ser parte de la vida cotidiana del pueblo. Entre estas, se destaca un antiguo ladrillo notoriamente marcado con una huella de puma.
Pero además de su estupendo muestrario propio de un Museo Regional, el Marfetán destaca simplemente por su edificio, considerado por muchos como una verdadera joya arquitectónica. Originariamente, la casa perteneció a un acaudalado estanciero español de la zona, Juan Bautista de Mendoza, quien la enviara construir en la segunda mitad del siglo XVIII como residencia familiar. Y fue en ese momento que se levantó el sobrio edificio, sustentado sobre esbeltas paredes de ladrillo, mientras que el techo lo hacia sobre no menos esbeltos tirantes de palmera paraguaya.
Como era típico en la estructura de la casa colonial, el edificio se construyó alrededor de un patio de ladrillo, con portón hacia su lado S, y coronado en su centro por un histórico aljibe, por el cual, según cuenta la leyenda, se ingresaba a un sistema de túneles que conducían a la Iglesia del pueblo, desembocando debajo de su altar. Desde el patio, además, podemos tener acceso a otra de las sorpresas que esconde la casa: la cocina.
En una época en que la vida familiar giraba en gran parte alrededor de la cocina, la de la Casa Marfetán no podía ser menos que soberbia. Destaca en primer plano el espacio para fogones y el enorme horno, todo de ladrillo, cuya elegante chimenea se puede apreciar desde la parte trasera del Museo Marfetán.
Y porqué el nombre de Marfetán? Pues se debió a las nupcias de la hija de Juan Bautista de Mendoza con un francés de apellido Marfetán, pasando el lugar a ser habitado desde entonces por la familia Marfetán – Mendoza, y que, con el tiempo, pasaría a conocérsele simplemente como “Casa Marfetán”.
Actualmente el edificio contiene el Museo Regional de Villa Soriano y la Biblioteca del pueblo, para lo cual fue donado por el descendiente de los dueños originales, el Cnel. Carlos Alberto Marfetán, luego de reconstruir la casa en el año 1978, que tras casi un siglo de abandono, había sufrido serios daños.
Pero hoy día, gracias al turismo de este coterráneo, y a todos los vecinos de la villa que donaron gran parte de los elementos que se exhiben.
Tomado de: Giuria, J. La arquitectura en el Uruguay, Tomo I. Montevideo: Imprenta Universal, 1955. págs.126-128.
(…) Esta planta afecta la forma de una U, con un patio central rodeado de salas por tres de sus lados, y el cuarto, que es del S:O., está cerrado por un muro medianero. En ese patrio-que es de forma trapecial- no hay indicio alguno de que haya existido pórtico o galería.
Sus muros de ladrillo, en su mayoría son de respetable espesor (0,65m), y únicamente llevan revestimiento o revoque, en los paramentos internos; así que, en la fachada y en el patio, queda aparentemente el vigoroso tono rojo de la arcilla cocida.
Todos los locales estuvieron cubiertos con azotea cuyo entramado, en parte, se componía de troncos de palma, y el resto, de tiratería de madera dura (probablemente canelo, o tal vez curupay), rústicamente escuadrada. En algunas piezas, el techo ya había desaparecido cuando nuestra última visita, hace ya unos años. En algunas salas quedaban visibles huellas de un solado hecho con baldosas cuadradas de 0.17m x 0.17m, de mediocre cochura, y con aspecto de ser muy antiguas. Otras nos dieron la impresión de haber sido pavimentadas con ladrillos. En las restantes habían desaparecido totalmente los primitivos pavimentos.
Las fachadas, (fig 128) como hemos dicho ya, carecen de revoque, peo no les falta ninguna de las características propias de la época de la colonia; aberturas escarzanas con guardapolvos curvos; ventanas con rejas que sobresalen sensiblemente de la línea del muro de fachada y, sobre la cornisa, apenas esbozada por hiladas salientes de ladrillos, asoman las gárgolas que arrojan el agua de lluvia que se acumula en la azotea.
Las ventanas merecen ser descriptas con un poco de detalle: por de pronto, sus rejas están constituidas como todas las de aquellos tiempos, “por series de barrotes de hierro cuadrado colocados en diagonal y cruzados por anchas planchuelas horizontales”(341). La planchuela superior está encorvada siguiendo el arco escarzano de la ventana, y soporta una hilada de ladrillos que compondría el primer guardapolvo; sigue después un arco de un ladrillo de altura y dos nuevas hiladas salientes que representan un segundo guardapolvo más importante que el primero, pero de menos relieve. Esta disposición que es sumamente rara en nuestro país, es muy semejante a la que presentan las ventanas de la llamada “Casa del Virrey” en Luján. R.A.
(…) “Pero el detalle más sugestivo de la casona de los Marfetán está en la cocina, principalmente en su chimenea, tratada en una disposición arquitectónica única en el estilo colonial platense. El interior fuertemente evocativo; un fogón alto (para la desazón del arqueólogo, sin azulejos), de esqueleto de gruesos adobes y arriba la boca enorme de la campana que absorbía el humo y las impurezas del ambiente, sostenida de extremo a extremo por una formidable viga de ñandubay, desbastada a hacha. Al exterior llama la atención la disposición curiosa del lanzahumo o chimenea, construida con un extraordinario derroche de ladrillos, lo que da al conjunto sensación de cierta pesadez para la armonía de la construcción, pero que entona con solidez del edificio. De su aparatosa masa se desprende una impresión de arcaísmo y de belleza primitiva realmente subyugante, al punto de que la clasifico sin vacilar como la más hermosa en su género de las conocidas hasta ahora en libros y grabados”. (343).
En la figura 129 indicamos la manera como fue construido este curioso tubo de humo que, lamentablemente, ya no será posible contemplar como lo describe el sr. Arredondo; su silueta y estructura evocaban, en cierto modo, las grandes campanas y chimeneas de algunas cocinas de monasterios y palacios medievales (Abadía de Frontvrault en Francia, Palacio de Cintra en Portugal). La sección horizontal de este tubo es rectangular y, en los dos lados cortos las hiladas de los ladrillos han sido colocadas en desplome hacia el interior, con el objeto de ir reduciendo paulatinamente dicha sección hasta que la parte alta resulta mucho más pequeña que en la baja, pero conservando siempre la forma de un rectángulo.
343. Horacio Arredondo: ”Santo Domingo Soriano” Estudio publicado en la revista de la Sociedad “Amigos de la Arqueología” – Montevideo – Tomo 1- Año 1927 – Pags.127-138.
DECLARACIÓN DE MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL. SORIANO
Resultando:
I) Que la ley 14.040 establece que podrán ser declarados Monumentos Históricos los bienes muebles o inmuebles vinculados a acontecimientos relevantes, a la evolución histórica nacional, a personajes notables de la vida del país o a lo que se considera representativo de la cultura de la época;
VII) Que en el interior del país el Poder Ejecutivo ha declarado Monumentos Históricos a los siguientes bienes culturales, respondiendo, en algunos casos, a razones de homenaje y, en otros, a motivos de urgencia;
IX) Que en lo referente a las obras arquitectónicas, la Comisión ha tenido en cuenta aquellas en que ha residido un personaje de notoriedad histórica; las que fueron escenario de hechos relevantes, sede de organismos oficiales o privados asociados a la vida institucional, cultural, religiosa, social industrial o económica del país; edificios representativos del estilo o del gusto de una época y que han logrado conservarse hasta el presente: y obras de ejecución más reciente que por sus valores deben preservarse porque están llamadas a que en el futuro también se las considere como expresión de un período.
5) Casa de los Marfetán, Villa Soriano calle Asencio entre Cabildo y Lavalleja, Padrón Nº 123, solar 3 de la manzana 41, Carpeta Catastral Nº 9, Segunda Sección Judicial;
MHN Extracto Resolución N° 988/976