Liceo Nº 1 - Presbítero Mariano Soler

Gustavo Méndez Schiaffino
  • Dirección: MAURENTE, GRAL. MELCHOR esquina TREINTA Y TRES
  • Fechas inicio-fin: 1941(original)-1954(ampliación)
  • Programas: Educacional
  • Información útil: Los gráficos IHA.D.000568 y IHA.D.000570 pertenecen a las obras de ampliación

Tomado de: IHA. Modernos Liceos del Uruguay. Montevideo: Facultad de Arquitectura, Universidad de la República, 2015. Disponible en https://issuu.com/iha.fadu/docs/liceos_-_modernos-set-2015

El arquitecto de este liceo, Gustavo Méndez Schiaffino, era cuñado de Román Fresnedo Siri. Esta cercanía debe haber jugado un papel importante en la asunción del “lenguaje fresnediano” en esta obra en particular. Cuando se realizó este proyecto, el de la Facultad de Arquitectura y algunas obras residenciales ya configuraban las particularidades de autor que Fresnedo utilizó durante la década de 1940. Una de ellas, el uso de potentes cornisas enmarcando los volúmenes es patente en el Liceo de San Carlos, sobre todo en su fachada principal, hacia el Oeste.

Sobre la entrada el volumen se retrae (aunque no la cornisa, que es horada para que pase el Sol) y se colocó para el acceso una pequeña escalera. En la parte coincidente con la línea de edificación la resolución formal es muy sobria con dos fajas de ventanas mientras en su fachada Sur predomina la enorme vidriera de la biblioteca sustentada con carpintería en madera. Hacia el patio interior, la transparencia es mayor y cobran protagonismo las aberturas, también de carpintería en madera, cuya colocación se alterna rítmicamente con los pilares.

El edificio original (luego hubo ampliaciones) se organiza con una planta en U en tres niveles: planta baja, primer nivel y un subsuelo que se abre hacia el patio. Este partido, sumamente tradicional, coincide con la vocación del edificio de insertarse plenamente en la trama urbana de borde cerrado. Esto diferencia éste y otros liceos de la época de los que se construyeron posteriormente en los años cincuenta y sesenta, en tanto éstos se insertan en los terrenos (generalmente más amplios que en este caso) de un modo independiente respecto a las alineaciones tradicionales y, de este modo, estableciendo una crítica implícita a la ciudad tradicional.

El liceo conforma actualmente un referente urbano por su tamaño y calidad como edificio en una ciudad pequeña y con pocas referencias de alto impacto a nivel arquitectónico. En el interior está muy cuidado, lo cual habla del cariño y respeto que se siente por el edificio, sin embargo en la fachada cuenta con numerosos grafitis que sería necesario remover para dejarlo en el estado que el edificio merece.

Desde sus comienzos el liceo ha sido un foco de atracción local y regional y nexo con el medio rural llegando a tener un internado para jóvenes del campo. Superando la función educativa, su amplio salón de actos ha acogido tradicionalmente actividades musicales, literarias, deportivas entre otras, donde no solo concurren los estudiantes sino el público en general, constituyéndose en un centro aglutinador para la comunidad y referencia a nivel social.