Tomado de: IMM. Guía Arquitectónica y Urbanística de Montevideo. Montevideo: Intendencia Municipal de Montevideo. Facultad de Arquitectura, Universidad de la República. Junta de Andalucía, 2008.
El marco en que se gestan y construyen estas obras está señado por un Uruguay que busca desde diferentes ámbitos modernizarse y ve al progreso como una de las vías para lograrlo. En el ámbito rural el poder cumplir con las exigencias de los mercados internacionales lleva a trabajar diversas prácticas para mejorar los ganados.
Será entonces que las exposiciones ganaderas adquieran continuidad, comenzando a realizarse anualmente y que se apruebe un decreto consagrando el apoyo estatal a los campeonatos ganaderos, autorizándose la utilización de un predio propiedad municipal ubicado en el Prado para dichos fines. Con el apoyo del Gobierno los ganaderos logran realizar el ordenamiento arquitectónico del predio, caminerías, ruedo, balanza, palco y tres galpones para ovinos y bovinos, ubicados en forma de abanico respecto al ruedo.
Estas naves proyectadas por el arquitecto catalán Buigas i Monravá -destinadas a albergar los ejemplares ganaderos más representativos- se adscriben al modernismo catalán logrando a través de su resolución formal y del lenguaje utilizado una gran riqueza. Así los diferentes y sobrios juegos realizados con el ladrillo visto calcáreo suavizan la silueta de las enormes moles.
Contribuyen también a ello el zócalo inclinado que con algo de reminiscencias de fortaleza medieval diluye en parte la verticalidad de los muros, los juegos de planos producidos en el ventaneo lateral que mitigan su rigidez, y la resolución de los ángulos que suaviza la contundencia del encuentro de planos.
El lenguaje utilizado de raíz modernista, con elementos de reminiscencias vegetales signa la construcción. La ornamentación centrada en las esquinas y en los cuatro accesos utiliza la técnica catalana del trencadiz -recubrimiento de azulejos partidos- e introduce el color en la composición. Color que es también utilizado como elemento enriquecedor del interior, siendo originariamente empleado en las ventanas a través de las cuales pasaban los rayos solares, lo que introducía sensaciones cambiantes a lo largo del día.
Ver además:
Castellanos, A. Historia del desarrollo edilicio y urbanístico de Montevideo 1829-1914. Montevideo: Junta Departamental de Montevideo Biblioteca J. Artigas, 1971.