Tomado de: "La Intendencia Municipal de Rivera", Arquitectura, SAU, Nº 254 (1985): 40-44.
En oportunidad del llamado a Concurso Nacional de Anteproyectos, el Comité presentó un programa que nucleó en un predio de relevante ubicación, unidades funcionales diferentes que tenían en común el hecho de haber estado hasta el momento atomizadas en distintos puntos de la localidad. Por un lado todas las funciones administrativas correspondientes a la Intendencia Departamental se encontraban diseminadas en un gran número de fincas inadecuadas a su función; por otro se creaba la Terminal Departamental de Autobuses cuya inexistencia estaba significando la dispersión de agencias y oficinas del transporte, que se traducía en múltiples incomodidades para los usuarios.
Las bases del concurso centraban el enfoque en: a) “Con el mayor valor jerárquico, debe concebirse el edificio que albergará la expresión de la Comunidad…”; b) “No se considera definitiva la implantación de la terminal de ómnibus en este predio, ya que por su ubicación en el contexto urbano, no constituye la mejor solución. Por lo tanto y ajustándose a estas consideraciones, la terminal de ómnibus se entiende como área de reserva del edificio Municipal…”; y c) “La solución debe contemplar la flexibilidad: es decir, permitir la variación de áreas de los diferentes departamentos, de acuerdo a las variaciones de las funciones a cumplir o a la introducción de nuevas técnicas en las funciones que desarrollan”.
Por otra parte, algunos parámetros no programáticos que tienen vinculación directa con el sitio de implantación del edificio, entran también en juego al definir la idea arquitectónica: 1) La muy particular morfología del predio, con frente a tres calles; 2) La existencia de límites medianeros excesivamente quebrados; 3) La ubicación del frente más reducido sobre el espacio cívico de mayor jerarquía (Plaza Río Branco); 4) El considerable desnivel existente -6 mts. 80- entre frente y contrafrente calles Agraciada y Uruguay respectivamente; y 5) El propio entorno urbano que presenta sobre la Plaza Río Branco, edificios que se le adecúan en destino y densidad, y como contrapartida, el contrafrente sobre la calle Uruguay con una escala doméstica y barrial, definida fundamentalmente por viviendas de una planta. Dos situaciones disímiles y presentes en el mismo predio.
Definido así el marco referencial, la etapa de diseño es encarada mediante el desarrollo de un proceso básicamente intuitivo cuya particularidad es no apoyarse rígidamente en referencias tipológicas o teóricas concretas. La racionalización de este proceso, permitió desarrollar, por parte del equipo una metodología de trabajo enmarcada en una forma más pragmática de pensar la arquitectura. No obstante, esta práctica no excluye la la utilización de criterios teóricos u organizativos: Por un lado el modelo de agrupamiento de servicios y liberación de áreas servidas permitió encarar el aspecto funcional con la flexibilidad necesaria y concebir los límites medianeros como volúmenes dotados de expresividad propia; por otro lado esta respuesta arquitectónica define el espacio central del gran hall como un ámbito participativo a nivel comunal apto para el desarrollo de actividades culturales y cívicas. Su cubierta vidriada da respuesta a estas exigencias aportando luminosidad al espacio y visualización permanente de la ciudad desde los sectores de las oficinas.
La etapa de proyecto estuvo pautada por dos situaciones fundamentales: a) Como parte de un proceso de retroalimentación permanente, se inició también una verificación de las condiciones programáticas de las bases del Concurso que habían acotado rígidamente la etapa de anteproyecto. A la luz de la propuesta arquitectónica, se hizo posible una revisión de las exigencias del programa que conllevó a una mayor flexibilidad de trabajo; y b) Afirmación de los postulados conceptuales elaborados en el anteproyecto: con el mayor rigor científico se encaró el mantenimiento y la acentuación de la idea generadora, corrigiendo lecturas ambiguas y metas no alcanzadas. Es al sector de la terminal que corresponden las reformas más sustanciales y por tanto el que más evolucionó en relación con el anteproyecto.
Los cambios lograron dotarlo de una mayor funcionalidad, con la capacidad de adaptarse plenamente al crecimiento futuro del área administrativa de la Intendencia, y en consecuencia se logró también la total unidad del complejo.
La resolución de la cubierta vidriada del gran hall requirió, por carecer de antecedentes en nuestro medio, la integración de un equipo de trabajo especializado que investigó todos los factores que incidían en la resolución del problema. Este estudio fue desglosado en sus dos grandes componentes: la cubierta de vidrio y la estructura de sustentación. Esta fue no solo pensada como elemento resistente sino considerada en lo que significaría como aporte plástico al espacio que limitaba. Fue así que se realizó una estereo-estructura liviana, realizada en caño de hierro soldado, capaz de recibir la cubierta de vidrio atérmico espejado montado sobre perfiles de aluminio.
En esta investigación se recabaron además experiencias de firmas industriales internacionales que a través de su asesoramiento no solo aprobaron las soluciones propuestas por nuestros técnicos sino que facilitaron pruebas de laboratorio y la confección de modelos que reprodujeran fielmente las futuras condiciones de trabajo de la cubierta: orientación, inclinación, materiales, etc.
En la etapa de obra, el Comitente usó la opción que le daban las bases del Concurso, y decidió tomar para sí la tarea de la dirección técnica, privando al equipo proyectista de la oportunidad de evaluación final del proyecto. Y la propia marcha de la obra fue demostrando que la función de la dirección técnica no se limita a la fiel interpretación de los recaudos, por más precisos que estos sean, sino que debe dar la oportunidad de verificar el proyecto y de dotarlo de mayor precisión y detalle.
Se produjo además, la incorporación en forma inconsulta, de elementos nuevos al programa, como es el caso de locales comerciales en el sector de la Terminal, que no fueron situados de acuerdo a lo que permitían los lineamientos generales del proyecto. Estas modificaciones, al igual que detalles aún no incorporados, como son los parasoles de aluminio en fachadas y los calados de cerámica en los vanos de los volúmenes de servicio, dificultan la apreciación final de la arquitectura proyectada.
La mayor incidencia negativa de la etapa de la obra, residió en la modificación de la terminación de la cubierta del gran hall, donde problemas de coordinación administrativa impidieron que los vidrios adquiridos fueran, en características y dimensiones, los especificados en el proyecto, y obligaron a improvisar un cerramiento sustitutivo que no satisface ni el espíritu que lo generó ni las especificaciones técnicas.
Por lo dicho, concluimos que no resulta fácil hacer un balance final del trabajo, ya que estas modificaciones y omisiones fueron muy significativas y repercutieron en el logro final de la obra con un costo que trasciende el propio costo material de las mismas.
Datos generales
Programa: Edificio sede de la Intendencia Municipal de Rivera y Terminal Departamental de autobuses.
Comitente: Intendencia Municipal de Rivera.
Ubicación: Calles Agraciada (Plaza Río Branco), Monseñor Vera y Uruguay. Rivera, Uruguay.
Proyecto: Arquitectos Dinorah Costas; Roberto Monteagudo; Jorge Perez Muñiz; Jorge Sierra Sanchez.
Colaborador en el concurso: Arq. Fernando Daglio.
Asesores: Estructura: Ing. Marcelo Sasson; Natural: Arq. Roberto Musso; Térmico: Ing. Mario Cabella; Sanitario: Ing. Jack Yaffe; Eléctrico: Ing. Jorge Montautti.
Asesoramientos especiales: “ALCAN” Uruguay: “Providrio” de Brasil.
Dirección de obra: Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Intendencia Municipal de Rivera.
Empresa constructora: Ing. Cabrera - Di Marco S.A.
Superficie del predio: 4030 m2
Superficie construida: 8276 m2
14 / octubre / 1977: Concurso Nacional de Anteproyectos: Primer Premio.
Jurado: Arq. Joel Petit de la Villeon por la Sociedad de Arquitectos; Arq. Ney Leites por la I. M. de Rivera; y Arq. José Scheps por los concursantes. Asesor del concurso: Arq. Omar Lopez Shannon.
27 / Abril / 1978: Entrega del proyecto definitivo.
Plazo para su confección: 120 días.
Agosto / 1979: Diploma de Honor otorgado por el Colegio de Arquitectos de Chile en la Muestra Latinoamericana de la 2a Bienal de Arquitectura de Santiago de Chile, donde participaron muestras de Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, U.S.A., España, Inglaterra y Chile.
15 / Agosto / 1981: Inauguración oficial del sector correspondiente a la Terminal de Autobuses.
1º / Octubre / 1984: Inauguración oficial de la Casa Comunal.
Primer Premio Concurso Público de Anteproyecto
Ver además:
"Sede Intendencia Municipal de Rivera y Estación de Omnibus" ([citado el 21 de julio de 2017] 100 años de Concursos de Arquitectura en Uruguay) disponible en:
http://concursos.fadu.edu.uy/index.php/concursos/sede-intendencia-municipal-de-rivera-y-estacion-de-omnibus/