Tomado de: AAVV. Punta del Este-Apuntes en la arena. Elarqa Nº 5. Montevideo: Dos Puntos, 1992.
Pasados los años fulgurantes del Movimiento Moderno, la cultura arquitectónica fue generando, de acuerdo a sintonías locales, ejemplos que muestran los puntos de inflexión de aquella vanguardia prodigiosa.
La arquitectura del bloque, orientada helio-concentricamente, de la conciencia límpida, del ser universal, va dejando puertas abiertas a las disposiciones personales.
El Opus Alpha, uno de los primeros intentos racionalistas en las torres puntaesteñas, no puede dejar de considerar su entorno.
Si bien su preconcebida forma, pura e inteligente, no logra despojarse de los mandamientos de turno, la importante presencia de un panorama ineludible obliga a desmantelar algunos puntos internacionales básicos.
El mar, su principal objetivo, es distribuido en sus unidades multiorientadas. Su imagen, variable y elegante, es generada por una planta de estrella con tres patas, que en sus extremos (más macizos) despide vistas hacia todos los puntos cardinales y sus rinconadas (tal vez más protegidas) contienen la serie de balcones continuos de todos los apartamentos.
Fiel a sus orígenes, la planta baja es liberada por cilíndricos pilotes y su centro, columna de circulación y servicios, es vidriado sutilmente.
Los extremos superiores los ocupan las unidades diferentes generando una coronación que, combinada con la infraestructura del tanque y ascensores, rodean un elemento arquitectónico de sumo interés.