Tomado de: Alemán, L., Gatti, P., Herrera, P., Hojman, M., Nisivoccia, E., Rimbaud, T. De los Campos - Puente - Tournier. Montevideo: IHA, Facultad de Arquitectura, 2016.
El turismo no consiste –o al menos no exactamente – en promover el acceso público a un sitio singular sino en construir emplazamientos proyectados a la medida de nuestros sueños, y el caso de San Rafael en Punta del Este no es ajeno a esto. En los años treinta José Pizzorno Scarone compró tres fracciones de terreno al este de la península, que luego Veltroni y Lerena Acevedo urbanizaron y forestaron con pinos marítimos y acacias hasta fijar las dunas y convertirlas en suaves lomas de césped. El hotel es la pieza central en este esquema: define la identidad del sitio y funciona como un gigantesco imán encargado de atraer visitantes y futuros pobladores.
El aspecto más saliente del San Rafael es la contundencia de su imagen enfrentada al paisaje desierto – aunque en su versión inicial la nave venía acompañada por una serie de cuerpos secundarios que formaban un conglomerado – y la estampa de manor house en estilo Tudor. Un estilo que los autores practicaron con solvencia en las casas Aldave y De los Campos, y que muestra la marcada anglofilia de las clases dirigentes del Plata.
Cabe además destacar la calidad de los detalles y la buena elección de materiales: pizarras de Portugal, mayólicas y sanitaria del Reino Unido, carpintería en laurel de Chile y una colección de murales ejecutados por Norberto Berdía.
Nota Nómada:
En el interior, Norberto Berdía realizó varios frescos, uno de ellos titulado "América", como se puede ver en la foto IHA.Archivo murales.
Información tomada de Archivo IHA: Fotos de Murales y Revista Hogar y Decoración.
Síntesis elaborada en base a la entrevista tomada de: Archivo IHA: Retrospectivas, Entrevista a Nelly Grandal y José Scheps.
En el año 1965, se les encomienda a José Scheps y Nelly Grandal una intervención puntual en el hotel San Rafael. Inicialmente, esta reforma consistía en la realización de un pequeño bar dentro del propio hotel.
En el desarrollo de la idea de proyecto, los arquitectos plantean a su cliente la posibilidad de realizar este programa fuera del edificio existente, surge aquí la idea de un pabellón exterior ubicado sobre el jardín posterior y conectado al hotel por una pasarela.
La propuesta se basa en un pabellón totalmente vidriado, lo que llevó a una organización de todas las instalaciones en un núcleo. La cubierta tiene como reminiscencia la forma de un pañuelo apoyado en 4 vértices, conformando así un techo plegado de cerámica, que dialoga fuertemente con varias de las cualidades que denota la preexistencia, tanto en las texturas y aspectos materiales, como en los recursos formales.
Ver además:
"Hotel Casino San Rafael". En Revista Hogar y decoración, N° 25-26. Montevideo: 1948.