Tomado de: AAVV. Punta del Este-Apuntes en la arena. Elarqa Nº 5. Montevideo: Dos Puntos, Diciembre, 1992.
"Este edificio se construyó en la urbanización de Punta Ballena, la más ambiciosa que había hecho el Uruguay hasta el momento.
Naturalmente uno de los sitios más atractivos era la costa y, por consiguiente, el primer edificio público debía construirse allí. Fue uno de los primeros que proyecté, profundamente compenetrado con la topografía del lugar.
Me encontré con una duna existente entre el mar y el bosque y se me ocurrió utilizarla como elemento básico del proyecto. Le adosé una gran losa de hormigón que aunque arquitectónicamente es única, va dando dos niveles distintos debido a la fuerte pendiente del terreno. Interiormente quedaron definidos tres niveles ya que, caminando por la duna se accede hasta el techo ajardinado donde se emplazó un sitio de juegos, una pista de baile y tabiques para contener el viento.
Aproveché estos tabiques para generar un efecto contradictorio con el racionalismo muy puro de aquel entonces. En el frente se puede apreciar muy bien como contrasta la plasticidad libre de sus curvas con la gran fuerza de la línea horizontal de la losa y el inmenso mástil de iluminación.
Hay dos cosas más que quiero recordar de esta obra. La perfección en la ejecución del hormigón a la vista y los muros de piedra.
La piedra fue muy importante allí, porque ella introdujo una fuerte nota de neoplasticismo en la composición de las paredes. Al romper su horizontalidad, crean un elemento en sombra haciendo de cada muro casi una composición abstracta. Es que la piedra, para mí, siempre ha sido un material importante, sobre todo cuando he podido unir la naturaleza con la arquitectura”. (Comentario de Antonio Bonet extraído de la revista el Arqa).
Antonio Bonet, formado dentro de los lineamientos del vanguardista Movimiento Moderno, participa activamente en la evolución del balneario Punta ballena.
Su formación deja en él un fuerte sentido de responsabilidad ética, propia del movimiento modero, aspecto que se hace notorio en su obra y particularmente en su trabajo de urbanización para Punta Ballena.
Influenciado por plásticos como Dalí, Miró y Picasso y recogiendo aspectos del modernismo catalán, corriente de marcado carácter regionalista, Bonet combina el geometrismo modernista con la preocupación paisajística e imprime a sus obras valores expresivos particulares en el convencimiento de que la arquitectura es mucho más que construcción.
Las características que le hace la Sociedad Anónima Punta Ballena y su actitud profesional permiten conocer una experiencia de trabajo totalizadora, donde el proyectista transita las distintas escalas del proyecto.
Planifica y organiza la urbanización de Punta Ballena hasta llegar al diseño del equipamiento urbano; al mismo tiempo realiza el proyecto de un edificio público y de varias viviendas alcanzando proyectar y concretar una línea de equipamiento móvil.
Tomado de: Rey, W., Barriola, N., Mendizabal, M. Tu Patrimonio, Montevideo: Editorial bDP, 2011. págs.187-188.
La intervención del arquitecto catalán Antonio Bonet en Punta Ballena ha sido catalogada con justicia por la crítica internacional especializada, como uno de los acontecimientos sobresalientes de la arquitectura moderna latinoamericana.Cuando Bonet se instala en Punta Ballena en 1946 para encarar el desafío de resolver la urbanización de una extensa área de particular valor paisajístico y ambiental, contaba ya con una experiencia profesional singular, que estuvo signada por el contacto con destacados arquitectos europeos y argentinos –Le Corbusier entre ellos-, con quienes mantuvo estrechos lazos laborales e ideológicos y con quienes compartió espacios de discusión y difusión de la arquitectura moderna. Su integración al GATEPAC en España y al grupo Austral en Argentina, son prueba de ello.Sus obras -anteriores y posteriores- configuran una trayectoria que abarca el diseño en muy variadas escalas, desde lo territorial a los objetos y el equipamiento.
Esta actitud proyectual será un distintivo de su obra, y Punta Ballena, un lugar en el que logró plasmar una manera de ver el mundo desde el ejercicio de la arquitectura.La Sociedad Anónima Punta Ballena lo enfrentó al reto de urbanizar una extensión de 1500 hás. en una zona signada por la presencia de la laguna del Sauce, la Sierra de la Ballena que penetra en el mar, la playa de Portezuelo y el denso bosque, herencia invalorable de décadas de trabajo de Don Antonio Lussich.
Las dificultades no sólo referían al diseño de un balneario en tan calificado marco, sino que incluían todos los aspectos prácticos y organizativos de la concreción del gran emprendimiento: obras, instalaciones, equipamientos, viviendas para obreros, etc. Bonet resolvió todas las situaciones en función de lograr un objetivo fundamental: hacer que la intervención humana potenciara la belleza de la naturaleza, haciendo posible el disfrute del lugar, sin destruir sus maravillosos valores. Así separará la circulación peatonal de la vehicular, generando calzadas sinuosas, sin cruces, para el automóvil, y senderos rectos, elevados sobre las calles, para el tranquilo caminar de los hombres. Unos sutiles puentes colgantes de madera –lamentablemente desaparecidos- resolvieron con gracia y naturalidad estas situaciones y los predios con un mínimo de 2.500 m2 aseguraron el mantenimiento de la mayoría de los árboles existentes.
La urbanización dio como resultado un sector de costa donde naturaleza y arquitectura se conjugan atendiendo a la vez los requerimientos funcionales y la salvaguarda de los valores paisajístico-ambientales, en un entorno amable que estimula el paseo.La hostería Solana del Mar –quizás su obra mayor- y cuatro viviendas, atestiguan desde lo arquitectónico, la validez de la intervención de Bonet.
Nota Nómada: En el 2006 Solana del Mar es escenario de una serie de modificaciones que transforman rotundamente el proyecto original. En este contexto, se establece una polémica en donde se pone en evidencia las diversas posiciones e intereses sobre el tema.
En el marco de este debate, en el 2009 es declarado Monumento Histórico Nacional el trazado de la urbanización de Punta Ballena y el proyecto arquitectónico original del parador Solana del Mar.
Tomado de: Alemán, L. “Por el Vil Metal. El caso Solana del Mar: gota, perla o frutilla”. La Diaria, 30 de Setiembre de 2008.
La intervención en el hostal Solana del Mar -hermosa obra realizada por el arquitecto catalán Antonio Bonet en la costa de Portezuelo, Maldonado ha provocado un rotundo y saludable rechazo, aquí y en otras partes del mundo.
Un rechazo que recae sobre los responsables políticos de la operación, quienes pusieron su firma por distracción o convicción, para autorizar el abuso.
Pero la citada reforma no constituye un hecho aislado: es el remate abrumador de una serie que incluye, por ejemplo, el mentado caso del edificio Pablo Ferrando y las obras recientes en el sanatorio No 1 del Casmu (Colonia y Arenal Grande), ambos referentes de distintos estilos arquitectónicos.
Estas situaciones, si bien difieren por su impacto -y por el estatuto legal de reformas y edificios-, coinciden en su naturaleza polémica. Y expresan de modo contundente, al margen de la anécdota, algunos problemas no resueltos: la definición del repertorio patrimonial, la formación de los arquitectos y -cuándo no- la articulación entre interés público e interés privado. Pero vayamos por partes.
(...) En Uruguay, la visión patrimonial ha estado estrechamente asociada a la arquitectura. Pero esto ha ocurrido bajo un sesgo que prioriza el factor temporal -el peso histórico y se concentra en los edificios más antiguos: los que datan de la Colonia o de la naciente República; un sesgo que ha dejado inerme a nuestra producción moderna, destacable en el mundo entero por su inserción urbana y su excelencia edilicia. Esta distorsión involucra al público general y también a los técnicos en ejercicio, como muestran las funestas reformas que han sufrido algunos notables ejemplos de arquitectura moderna. Y revela el poco impacto que ha tenido la dimensión histórico-crítica en la formación técnica: muchos arquitectos ignoran el valor de los edificios sobre los que operan, lo que hace estragos en alianza con el gusto convencional -anti moderno de la clientela.
En cualquier caso, parece obvio que la arquitectura moderna no ha logrado aún obtener validación colectiva, tal vez por razones cuyo análisis escapa al tenor de este artículo.
Como sea, este estado de cosas debe ser revertido: el caso de la Solana del Mar es elocuente al respecto.
Tomado de: IHA. “Tan frágil. Muerte y vida de lo incomprendido”, Vitruvia, año1 Nº1. Montevideo: Facultad de Arquitectura, Octubre 2014. El barco hundido
«Delante, brotando de la arena hoy verdecida, sube hacia las estrellas, frente al océano, el mástil de un navío. Aunque no lo veáis, el nombre de Bonet también ondea en su bandera» 16
Aquí la verdad se ha vuelto impostura: el navío encallado se ha hundido ante la aparición de un remedo absurdo.17 En este sitio había una caja de cristal recostada en el verde, un plano de hormigón ligero y extenso, un bosque frondoso y sombrío. Había un milagro que reunía a Gaudí, a Miró y a Álvar Aalto. Y una pista de baile en el aire, mirando hacia el río. Había un lugar singular, sólo igual a sí mismo: el «arquitecto de la luz» se había inventado, muy lejos de su tierra, un nuevo cielo, un paraíso.
La derrota de la belleza es feroz, atroz, rotunda: nada queda de aquel sueño. Apenas un aire sutil, caso un vano recuerdo. Porque el bosque está allí, y también el cielo. Pero ha ganado la pérdida: la operación ha reemplazado aquel barco ligero por un gesto prosaico, lo ha convertido en pura torpeza. Inversión tipológica, oscuros vidrios de espejo, un tosco volumen sobre la delicada azotea: cada cambio operado trasunta ignorancia y negligencia, revela una incomprensión absoluta del objeto y de su ley interna.
Hay aquí una violación, una traición violenta; hay un error primario, ingénito: un asalto fundado en la ceguera.
Y no hay mucho que decir: el discurso se vuelve ocioso, estéril, superfluo. El absurdo es por sí mismo elocuente, ruidoso, grotesco: aparece de modo inmediato a los ojos de quienes pueden verlo.
Pero la operación es didáctica, expone la compleja urdimbre que aquí se reseña. Muestra el exilio cultural de lo moderno, su escasa validación, la indiferencia que lo afecta: la ausencia de amparo legal es sintomática al respecto. Muestra también los dilemas patrimoniales de la arquitectura a secas: un universo llamado a durar pero sujeto al mandato de su tiempo, un dominio que incorpora el cambio como condición de permanencia, y que corre en esto sus riesgos: puede desaparecer en su muda obediencia. Y la razón económica tiende aquí sus redes perfectas: conjura toda protección, en medio de un crudo antagonismo que no ha sido disuelto.
16. Rafael Alberti, «Solana del Mar», en Antonio Bonet (Maldonado, Embajada de España, AECID, Intendencia de Montevideo, Intendencia de Maldonado, 1999).
17. La Solana del Mar (Bonet, 1946) no contaba entonces con protección legal de ningún tipo. Su reforma se concretó en 2008 de acuerdo a los planos del arquitecto Omar Rienzi, en medio de la indiferencia masiva y la protesta académica.
DECLARACION DE MONUMENTO HISTORICO. TRAZADO DE LA URBANIZACION PUNTA BALLENA Y EL PROYECTO ARQUITECTONICO ORIGINAL DEL PARADOR "LA SOLANA DEL MAR". MALDONADO
CONSIDERANDO:
V) que en la confluencia de ese paseo con el mar, Bonet proyecta en 1947 la primer obra arquitectónica de la urbanización: "La Solana del Mar", con un programa polifuncional, restaurante, salón de té y pista de baile, concebido como factor aglutinante e impulsor del desarrollo de la zona.
Esta obra es especialmente señalable como paradigma de sabia armonía entre la obra arquitectónica y el sitio en que se implanta, resumiendo a su vez el criterio generador de la intervención proyectada para el conjunto de la urbanización - con enfoques comparables a la intervención contemporánea de Vilamajó en Villa Serrana y de Gómez Gavazzo en La Paloma-, convirtiéndose en una de las expresiones más logradas de una visión "funcionalista" que había adquirido a esa altura una encomiable madurez, superando el discurso simplificador de los años de forja; VI) que la crítica arquitectónica nacional e internacional han remarcado esa calidad de diálogo entre la obra y la privilegiada naturaleza en que se inserta; su lógica funcional, su rigor constructivo y las resonancias formales de la experiencia europea; aunque es igualmente notable su significación como obra generada desde las coordenadas de estas tierras y no como trasplante o reinterpretación formal de un modelo extranjero, valiendo en ese sentido como un muy significativo e intransferible factor de identidad;
VII) que si bien la situación actual del inmueble muestra las consecuencias de intervenciones inapropiadas; que han violentado la calidad de su arquitectura original; se evidencia la necesidad de proceder a una adecuada rehabilitación de la obra y su contexto urbano; permitiendo el rescate y puesta en valor de uno de los conjuntos arquitectónicos y urbanísticos más significativas que existen en el país que se evidencian como uno de los más notables paisajes culturales de la República.
DECLARASE:
I) el trazado de la Urbanización Punta Ballena - zona de la playa -, delimitado por la Ruta Nacional Nº 10, Juan Díaz de Solís, el Camino a la Playa -continuación Camino Lussich -, la Calle a la Playa y el Río de la Plata; referido al Plano de Punta Ballena de la Dirección de Agrimensura y Catastro de la Intendencia Municipal de Maldonado (...)
II) EL PROYECTO ARQUITECTONICO ORIGINAL del PARADOR "LA SOLANA DEL MAR" construido sobre el Padrón Nº 138, Solar 1, Manzana 11, de la localidad de Punta Ballena, donde se encuentra el parador "La Solana del Mar".
MHN Extracto de Resolución N° 813/009.
Ver además:
Nudelman, Jorge. Quaderns- Colonizaciones. Nº 1. Julio 1987.
"La Solana del Mar en Punta Ballena". En Revista Hogar y decoración, N° 25-26. Montevideo: 1948.
Història en obres. “Portal de historia de la arquitectura moderna”. http://www.historiaenobres.net/ficha.php?id=300&where=La%20Solana%20del%
AAVV. Punta del Este-Apuntes en la arena. Elarqa Nº 5. Montevideo: Dos Puntos, 1992.
AAVV. Punta del Este-Volúmenes al sol. Elarqa Nº 25. Montevideo: Dos Puntos, Enero 1998.
AAVV. Reciclaje y Restauración. Habitat Nº 61. Buenos Aires, Febrero 2010.
Nuestra Arquitectura. N° 290. Buenos Aires, Septiembre 1953.
Bullrich, F. Arquitectura Latinoamericana. Buenos Aires: ed. Sudamericana, 1969.
Hogar y Arquitectura N°103.Madrid: Noviembre Diciembre, 1972
The Architectural Review N° 664. Londres: Abril, 1952.
AAVV. Bonet. Buenos Aires: Espacio Editora, Febrero 1985.
Flores, C. Arquitectura Española Contemporánea. Madrid: Aguilar, 1961.