Un armonioso apilamiento de estructuras prefabricadas de hormigón armado alojan este centro de actividades múltiples desde los años 70. Si bien el propietario ha cambiado (anteriormente era la sede de la American Can Company), el destino del edificio no, y la estructura ha demostrado sus bondades en términos funcionales, espaciales y de carácter. En un entorno de singular belleza paisajística, el edificio logra lidiar con las relaciones de escala, color y textura frente a las diversas situaciones a que se enfrenta.