El depósito de sal (realizado por Ernst Boustedt) era parte del barrio de Rotermann, un distrito industrial que incluía una tienda de departamentos, plantas procesadoras de alimentos y talleres de madera. El complejo comenzó como un emprendimiento comercial en los años 30 del siglo XIX al que pronto se incorporaron las fábricas. Perteneció a la familia Rotermann por varias generaciones. El distrito, que creció rápidamente, se mantiene como una evidencia histórica contundente de la expansión industrial de Tallinn, que cambió la dinámica económica y urbana de la ciudad, así como la vida cotidiana y los hábitos de sus residentes.
Siendo un edificio de arquitectura industrial, también contempla los modelos estilísticos e ideas estéticas dominantes de la época.
Durante la era soviética albergó diferentes usos industriales, y fue poco valorado al punto de preverse su demolición. Durante los '90 los edificios de Rotermann permanecieron abandonados, hasta que se emprendió su conversión en un barrio de usos mixtos. Ülo Peil es el arquitecto encargado de la reconversión del depósito de sal en museo.
El Museo de Arquitectura de Estonia alberga una interesante colección permanente de maquetas y dibujos de diferentes momentos históricos, productos muchos de ellos de concursos públicos u oficinas de planificación de la era soviética, así como muestras eventuales sobre arquitectura contemporánea y otras temáticas.
El espacio resultante del encuentro del edificio industrial original y la cuidada muestra de maquetas, es una especie de fábrica de arquitecturas imaginadas, que además de registrar la actividad y el debate disciplinar, oficia de material didáctico y de divulgación orientado también a un público no iniciado.